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EE UU rebaja a 6.000 los 'cascos azules' desplegados en territorio croata

AGENCIAS. Estados Unidos prepara ya el texto de la futura resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la que emanarán las nuevas condiciones de permanencia de los cascos azules en Croacia. Según se pudo saber anoche, la nueva fuerza contará con 5.000 o 6.000 efectivos -frente a los 14.000 actuales-, de los que al menos 500, bien como soldados bien como observadores militares armados, se desplegarán en los 25 o 30 puntos fronterizos entre Croacia y Serbia y Croacia y la Bosnia-Herzegovina ocupada por los radicales serbios.

Esto, que es una exigencia innegociable del Gobierno croata, representa un cambio radical en la misión, pues hasta la fecha la ONU se limitaba a servir de muro de contención entre croatas y serbios, pero no desde las fronteras internacionales, sino en las fronteras militares surgidas tras la ocupación serbia de Krajina y parte de la Eslavonia oriental.

Los rebeldes serbios, que ocupan este territorio croata, rechazaron ayer las condiciones del presidente croata, Franjo Tudjman, con lo que rechazan el despliegue de cascos azules u observadores militares en las fronteras internacionales de Croacia con Bosnia y Serbia.

El permiso croata para la permanencia de la ONU en su territorio no es un cheque en blanco. Tudjman viaja este fin de semana a Nueva York para negociar las condiciones precisas de la permanencia de la ONU en su país.

El secretario de Defensa norteamericano, William Perry, reconoció ayer que su país enviará algunas tropas a Croacia para apoyar la operación salida de cascos azules de este país. Perry desmintió que el envío de estos soldados, que participarán en el dispositivo de comunicaciones de la OTAN, quiebren la promesa del presidente Bill Clinton de no enviar tropas a la zona.

Akashi y la tregua

Por otra parte, el representante de la ONU para la antigua Yugoslavia, Yasushi Akashi, transmitió ayer al líder serbobosnio, Radovan Karadzic, durante más de tres horas, el malestar de Naciones Unidas por la continuada degradación de la situación militar en Bosnia y la falta de perspectivas políticas. El diplomático japonés, cuyo avión fue ametrallado el domingo cuando aterrizaba en Sarajevo, acudió a Pale, capital política de los serbios, con los jefes de los cascos azules, generales Janvier y Smith.

Akashi recibió previamente en Sarajevo al presidente indonesio, Suharto, que se entrevistó en la capital bosnia con su homólogo Alía Izetbegovic y le ofreció la ayuda de su país. Una ráfaga de arma ligera acompañó el despegue del avión en que el jefe del Estado indonesio abandonaba el aeropuerto, que será cerrado el miércoles a los vuelos humanitarios a consecuencia de estos incidentes armados. Los serbios forzaron hace unas semanas la cancelación de la visita de otro líder musulmán, el presidente turco, Suleimán Demirel, a quien no garantizaron su seguridad.

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