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Pérdidas por la compra de la clínica New Teknon

Grand Tibidabo salió perdedora del empeño de su antiguo presidente, Javier De la Rosa, de sacar adelante el proyecto de la clínica New Teknon, inspirada por él mismo y por su mujer, Mercedes Missol. Según el documento de reconocimiento de deuda, De la Rosa debe 1.350 millones de pesetas. De los testimonios de los inculpados, se deduce que la idea de financiar la clínica fue de De la Rosa.Lo que niega el financiero es que él participara directamente en el cierre de la operación por la que Grand Tibidabo pagó 2.000 millones de pesetas por el 50% de New Teknon. De acuerdo con su testimonio, "toda la operación la preparó el bufete Folchi, en el que confiaba". Folchi, por su parte, declaró que "no tuvo participación directa" y que fue un letrado de su despacho quien se encargó de los contratos "sin consultarme ningún detalle". En su afán de desmarcarse de las supuestas irregularidades, Folchi -ex consejero de Grand Tibidabo- dijo al juez que presentó su dimisión de esa sociedad y de otras "por considerarse a disgusto".

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El problema de la operación es que las acciones de New Teknon que compró Grand Tibidabo, y que estaban en poder de Mexans [otra sociedad de De la Rosa], se anuló porque sobre ellas tenían derechos preferentes la multinacional National Medical Enterprises (NME), propietarios del otro 50% de la clínica.

El consejero de Grand Tibidabo que designó el propio De la Rosa para firmar el contrato que luego quedó anulado fue Narciso de Mir. Éste, al declarar ante el juez, dejó claro que seguía instrucciones: "Tuve poderes para hacerlo porque era la única persona [se refiere a los miembros del consejo de Grand Tibidabo] que en esa fecha podía estar en Barcelona". La fecha concreta fue el 31 de diciembre de 1993 y casi todos los consejeros de Grand Tibidabo estaban de vacaciones.

Pagarés de CAI. La financiación de Grand Tibidabo de la sociedad Fitinvest y Urbas, que perjudicó a la primera ya que no recuperó 2.700 millones de pesetas, también es materia de controversia. Según Cruells, la idea fue propuesta por De la Rosa al consejo de Grand Tibidabo por un importe de "4.000 millones de pesetas". Ramón Fiter, propietario de Fitinvest, y beneficiado por el crédito, asegura que el proyecto alcanzaba los "7.000 millones de pesetas".

Es más, Fiter culpa a Grand Tibidabo del fiasco resultante de sustituir los pagarés iniciales de Urbas -como garantía del préstamo recibido de Grand Tibidabo- por los de CAI, que luego quebró. En este punto, todos los inculpados manifiestan lo mismo: la idea fue de De la Rosa y ningún miembro del consejo de Gran Tibidabo rechistó.

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