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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un aburrimiento que viene de antiguo

Hay dos o tres caballeros en la historia prerrenacentista de Inglaterra que podrían haber sido este Falstaff de las leyendas: lujuriosos y bebedores, malhumorados, bravucones... Shakespeare tira de él en un par de tragedias; finalmente, en Las alegres casadas de Windsor, sin un exceso de fortuna: se dice que la reina Isabel se la mandó escribir por que quería ver a ese Falstaff finalmente enamorado; y así le vio, y así le vemos todos ahora otra vez, burlado y maltratado por las casadas a las que pretende, arrojado al Támesis para ser batido por las lavadoras de la ropa sucia... Carmen Portacelli, que mantiene este teatro en Valencia, ha elegido la versión italianizante, la que juega como un vodevil por puertas y laterales, y arroja a escena -un frente y un suelo de madera- por donde entran y salen los personajes a tiempo o, cuando hace falta, a destiempo.Demasiado tarde

Las alegres casadas de Windsor

De William Shakespeare.Intérpretes: Ferrán Rañé, Teresa Lozano, Alicia Hermida, Manuel Barceló, Gabriela Flores ` Boris Ruiz, Joan Manuel Orfila, Fernando Huesca, Carlos Bermejo, Francesc Garrido, Joan Pau Romani, Julieta Serrano. Una producción O. M. Teatro, SA. Directora: Carmen Portacelli. Estreno: teatro Olimpia. Centro Dramático Nacional, 17 de febrero de 1995.

A mí no me disgusta ninguno de los actores que dicen, o gritan, o proclaman, los papeles, según parece convenir, y es posible que a la mayor parte de los espectadores les pareciese muy divertido, y con la cobertura del nombre de Shackespeare para poder reír dentro de una buena situación cultural. Mi aburrimiento sobre esta obra es muy antiguo, y viene ya del cine y de las lecturas; temo que es demasiado tarde para poder evitarlo, y para no preguntarse, una vez más, por qué y para qué se hace esto ahora. Pero si ustedes son de los que van y se divierten con los escondrijos, las trampas, las iras, las burlas y el triunfo de las comadres de la farsa, no tendrán ninguna necesidad de hacerse esas preguntas.

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