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Bélgica adelanta las elecciones para adoptar medidas de austeridad

Xavier Vidal-Folch

El primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene, anunció ayer que las elecciones generales se celebrarán el próximo 21 de mayo, siete meses antes de lo previsto. Dehaene había anunciado el viernes, recién llegado de un espectacular viaje a Estados Unidos -durante el que se entrevistó con Bill Clinton y se disfrazó de vaquero-, su intención de adelantar los comicios para poder tomar medidas económicas de austeridad a tiempo de alcanzar la moneda única europea.

El mandatario belga estuvo a tiempo de trazar su calendario antes de que el escándalo de las comisiones ilegales por la compra de helicópteros militares italianos Agusta salpicase pocas horas después a distintos dirigentes del Partido Socialista flamenco, uno de los cuatro que forman parte de la coalición, de Gobierno democristiana-socialdemócrata.El entorno de Dehaene desmintió haber conocido con antelación el registro de la sede de los socialistas flamencos y las detenciones subsiguientes. Pero el mentís no ha disipado los rumores según los cuales el primer ministro se adelantó a los jueces para dar un enfoque positivo al adelanto electoral, que de otra manera hubiera sido interpretado como una huida de la crisis hacia adelante.

Dehaene eligió y anunció el cambio de calendario en un instante todavía dulce de su segundo Gobierno, inmediatamente después de que el informe anual del Banco Nacional aplaudiese los resultados de su política económica de rigor, que ha permitido la vuelta a la senda del crecimiento y el inicio del saneamiento de las finanzas públicas. La justificación del adelanto estriba en que lo que queda por hacer son tareas duras, impropias de un Gobierno en su última fase de mandato. Para afrontarlas se necesita un Ejecutivo fuerte y recientemente legitimado en las urnas, "con tiempo por delante", para lograr lo cual Dehaene ha explicitado su deseo de afrontar uña reforma constitucional.

El primer ministro ya ha adelantado cuáles son esos objetivos: un "presupuesto se 10 para 1996" y las reformas estructurales que permitan avanzar más en la reducción de la deuda para estar en condiciones de pasar a tiempo, con los países más saneados, a la tercera fase de la Unión Monetaria Europea (en, 1997 o 1999). En definitiva, la reforma del gasto social, y muy destacadamente, de la Seguridad Social.

Seguridad contra la pobreza

Uno de sus socios gubernamentales, el socialista francófono Phillipe Busquin recién elegido este fin de semana como líder de su partido," se ha apresurado a señalar su acuerdo con la reforma de la Seguridad Social,"pero de ninguna manera con su desmantelamiento, porque constituye una red de seguridad contra la pobreza". Su otra prioridad es redistribuir el trabajo para disminuir el número de parados -hoy llega al medio millón-, "lo que pasa inevitablemente por la semana de cuatro días".

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Mientras los electores se preguntan si la coalición tradicional será capaz de imponerse también en las simultáneas elecciones regionales, el escándalo Agusta -surgido en 1988- empieza a hacer mella entre los socialistas flamencos, que ya cedieron diez puntos porcentuales en los últimos comicios.

Durante el fin de semana, la juez Veronique Ancia ordenó el registro de la sede de este partido. Y ha encarcelado al intermediario de la compañía italiana en Bélgica, Georges Cywie; al abogado Puellinckx; y a los miembros del aparato socialista flamenco Luc Wallyn (hoy alto funcionario de la Comisión) y Etienne Mangé (tesorero del partido).

El abogado y Wallyn han reconocido haber cobrado una comisión ilegal de unos 200 millones de pesetas, que presuntamente destinaron a la financiación del partido. Dos de los más altos dirigentes socialistas de la época, el hoy secretario general de la OTAN, Willy Claes (ex titular de Economía), y el actual comisario de la Competencia, Karel Van Miert (ex presidente del partido), han negado tener responsabilidades y han anunciado que renunciarán a su inmunidad para facilitar la investigación, si es preciso.

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