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El director de 'Cadena perpetua' arremete contra la influencia televisiva

Andrés Fernández Rubio

"Soy un gran aficionado a Stephen King", dice Frank Darabont, que en 1982, cuando leyó la obra Rita Hayworth and the Shawshank redemption, sintió "una gran conexión emocional" con la historia. En 1987 le pidió los derechos al escritor, y en 1993 rodó la película Cadena perpetua (The Shawshank redemption), que, inesperadamente, ha sido propuesta para siete Oscars, entre ellos al de mejor película. y actor (Morgan Freeman).Las críticas destacaron de Cadena perpetua su especial ritmo cinematográfico, sostenido e intenso. Darabont explica que él no ve novedad sino tradición en ese ritmo, en la línea, aunque sin compararse, de clásicos del cine como John Ford, David Lean o Stanley Kubrick. "En los últimos años", dice Darabont, que ayer estuvo en Madrid para hablar de su trabajo, las películas de Hollywood están tan influidas por la televisión que, parece q ue todo tenga que ser flaseante, grande, veloz y glamouroso. Al estilo de la cadena MTV".

"No soy un gran defensor de la televisión", añade Darabont, "porque tiene mucha culpa de que la gente lea cada vez menos y pierda la paciencia escuchando a Beethoven. La televisión simboliza esa tendencia a lo instantáneamente gratificante, y eso le quita profundidad a la sociedad y representa un gran peligro. De todas formas, cuando veo que siguen haciéndose películas, y no sólo la mía sino otras de mayor éxito como Forrest Gump, de larga duración y narradas a la manera tradicional, me siento satisfecho. Cuantas más hagamos de esta manera, más combatiremos los efectos de la MTV".

Vida en la cárcel

La historia de Stephen King en la que se basó Frank Darabont se recoge en el libro Different seasons, en el que también se inspiró Bob Reiner para la película Cuenta conmigo (Stand by me). Darabont piensa que Cadena perpetua, relato de la convivencia en la cárcel entre un presunto asesino pasional (Tim Robbins) y los demás presos durante 20 años, muestra el valor y la complejidad de las cualidades humanas, en especial la esperanza. "Es una sensación que le queda a la gente cuando sale del cine", comenta, "a juzgar por las cartas que recibimos de amas de casa y trabajadores de todo Estados Unidos que nos dicen que les hemos hecho confiar de nuevo en los sueños".

Pero Darabont reconoce que no es buen momento en su país para los buenos sentimientos, observando cómo la estructura social se desintegra entre la desesperación de muchos de sus conciudadanos. "La triste consecuencia cuando las cosas se confunden es que todos se agarran a las ideas simples y fáciles, por eso han vuelto", afirma en referencia al triunfo reciente de los republicanos en Estados Unidos. "Y, por desgracia, la gente se alinea con el nacionalismo, el aislacionismo y el intento de callar a los diferentes".

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