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Túnez refuerza sus medidas de seguridad tras el atentado de integristas argelinos en la frontera

Fuentes argelinas y tunecinas confirman que un comando islamista procedente de Argelia atacó el pasado sábado el puesto fronterizo tunecino de Tamerza y causó la muerte de seis guardias. Esta operación, primera en su género desde el comienzo del conflicto argelino, en 1992, no ha sido reivindicada, y fuentes oficiales afirman que no hubo tal, sino un simple accidente de tráfico. El incidente, que ha provocado un reforzamiento de las medidas de seguridad, hace temer que también Túnez, como antes Francia y Marruecos, pague un tributo a la guerra en Argelia.

Los asaltantes, cuyo número no es conocido, eligieron el momento de la ruptura del ayuno del Ramadán, al caer la noche, para lanzar su ataque contra el puesto de la Guardia Nacional. Las víctimas, supuestamente, fueron degolladas, y los asesinos lograron huir con las armas y municiones de sus víctimas.¿Eran guerrilleros aislados que actuaban por su cuenta? Tal vez, pero los dirigentes islamistas magrebíes, ya sean del Frente Islámico de Salvación argelino (FIS) o del movimiento clandestino tunecino Ennahdha, intentarán exagerar la importancia del incidente para darle un sentido político.

Rached Ghanuchi, presidente de Ennahdha, exiliado en Londres, justificando implícitamente el ataque, encuentra razones "objetivas" al mismo. Interrogado por el corresponsal de Le Monde en la capital británica, Marc Roche, acusó al Gobierno tunecino de haber intervenido en el conflicto argelino al ayudar a la "ofensiva contra los islamistas" con "especialistas antiterroristas". El ataque, según esta interpretación, constituiría una advertencia al presidente Ben Alí.

En Argel se cuenta que, durante un reciente enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, la guerrilla descubrió, al registrar a sus víctimas, que uno de los militares era tunecino.

Conscientes del peligro, deseosas de no dar pie a tal género de sospechas, las autoridades tunecinas han optado, por el momento, por desmentir el incidente. Según la versión oficial, facilitada por la agencia de comunicación exterior ATCE, nunca hubo en Tamerza un ataque islamista, sino tan sólo un accidente de tráfico que costó la vida a dos guardias y heridas a otros cuatro. Al marchar demasiado deprisa, el Land Rover que transportaba a los gendarmes cayó por un barranco, se dice en la misma versión. Los "rumores", se prosigue, no son sino "manipulaciones montadas a partir de un accidente trivial". A pesar de estos comentarios, el dispositivo de seguridad se ha reforzado desde el domingo en la capital tunecina, especialmente en el aeropuerto, donde los controles y registros son más sistemáticos que de ordinario.

Túnez, como Marruecos, teme la contaminación por el "cáncer argelino". El atentado que el 24 de agosto de 1994 costó la vida a dos turistas españoles en un hotel de Marraquech condujo a Hassan II a redoblar la vigilancia. Una voluntad similar prevalece en Túnez. Y una misma inquietud: la caída del turismo, convertido, desde hace anos, en la principal fuente de divisas.

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