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Las basuras en Madrid

La construcción de la planta de tratamiento de basuras con incineración del material de rechazo en Valdemingómez ha estado, desde el inicio de las obras, marcada por un intenso y apasionado debate entre promotores de la construcción, el Ayuntamiento de Madrid y quienes rechazan la incineración de los residuos, ecologistas y movimiento vecinal.Ese debate, independientemente de su resultado, tiene una vertiente positiva: la sensibilización de la sociedad madrileña hacia los problemas surgidos de la producción y tratamiento de los residuos urbanos.

El que suscribe este trabajo sólo pretende difundir una serie de datos, necesarios en ese debate, para contribuir a una mayor sensibilización ante un problema de una gran complejidad y magnitud; ante el cual, si los ciudadanos no adoptan actitudes positivas, participando en las políticas y planes que adopten las administraciones públicas, todas ellas estarán condenadas al fracaso más absoluto.

Según el informe Medio ambiente en España, publicado por el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA), en 1993 se produjeron en España 14.255.923 toneladas de residuos domésticos, generalmente definidos como residuos sólidos urbanos (RSU).

Esa cifra supone, por término medio, 0,992 kilos gramos por habitante y día y una media anual de 363 kilogramos por habitante. Siguiendo con el citado informe, en lo que se refiere a la Comunidad de Madrid esos datos se incrementan, resultando que los 5.030.958 habitantes de la Comunidad (el 12,75% de la población de España) produjeron 2.019.930 toneladas de residuos (el 14,17% de los producidos en España), es decir, 1,100 kilogramos por habitante y día y 401 kilogramos por habitante y año.

Tomando como fuente los datos de población de la ciudad de Madrid contenidos en el documento del avance para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, los 3.010.492 habitantes de la Villa y Corte generan 1.201713 toneladas al año, es decir, 3.311.541 kilogramos por día.

El tratamiento y depósito final de las basuras de Madrid se realiza en el vertedero controlado de Valdemingómez, situado en las proximidades del kilómetro 15 de la carretera N-III.

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Ubicado en una amplia extensión de terreno situada en el borde sureste del municipio de Madrid y lindando con el término municipal de Rivas-Vaciamadrid, de acuerdo con los informes de los servicios técnicos del Ayuntamiento de Madrid, ese vertedero se encontraría próximo al máximo de su capacidad, estimando su clausura en el año 1996.

Desde esa perspectiva, en 1989 el Consistorio madrileño realizó un concurso público para la construcción y explotación de una planta de tratamiento y reciclaje de las basuras con incineración del material de rechazo; iniciándose en 1991 por la empresa Dragados y Construcciones las obras de construcción.

El tiempo de explotación de la planta por Dragados, de acuerdo al contrato firmado con el Ayuntamiento, se fijó en 10 años. El canon que abonará el Ayuntamiento al concesionario se fijó en 2.810,90 pesetas por tonelada tratada. La capacidad de tratamiento de la planta es de 1.200 toneladas por día. El concesionario comercializará la energía producida en el proceso de incineración.

Todos estos datos y cifras deben tenerse en cuenta al realizar un debate sobre el problema del tratamiento de los RSU; problema que no debe analizarse desde una vertiente economicista, sino, fundamentalmente, desde la perspectiva de los serios problemas medio-ambientales que la producción y tratamiento de estos residuos provocan.

El debate sobre la construcción de la planta de tratamiento, según el Ayuntamiento de Madrid, o de la incineradora, según vecinos y ecologistas, elude otra parte del problema: ¿qué hacer con las 2. 100 toneladas diarias que no serán tratadas en la planta y que dentro de poco tiempo, por la clausura del vertedero, tampoco podrán ser depositadas en el mismo?

Aun procediendo a la ampliación de Valdemingómez, objetivo fijado en el avance de planeamiento de la ciudad de Madrid de producirse una gestión deficiente del vertedero controlado, como viene sucediendo en el actual, seguirán existiendo grandes problemas para el medio ambiente y los vecinos residentes en sus proximidades: Rivas, Santa Eugenia y Vallecas Villa.

El debate sobre Valdemingómez está poniendo de manifiesto, y de forma interrelacionada al problema del tratamiento de las basuras, la carencia de las administraciones públicas de objetivos y planes de actuación orientados a dar soluciones a tan arduo problema. Una somera consulta de los documentos de planeamiento de la Comunidad de Madrid -directrices territoriales- y del Ayuntamiento de Madrid -avance del Plan General de Ordenación Urbana- nos muestra el escaso espacio que al mismo dedican y la inexistencia de esos objetivos y planes.

De otra parte, la impregnación de intereses políticos partidarios a que está sometido el debate sobre Valdemingómez ayuda poco a que los problemas del tratamiento de las basuras se estudie y discuta desde el rigor necesario. Desde esa idea, y aun consciente de que el clima político existente y la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales condenarán al fracaso mi razonable propósito, invito a las fuerzas políticas y a los movimientos ecologistas y vecinales a retomar el debate desde el rigor que antes reclamaba.

Eduardo Díaz Montes es concejal de IU en el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid.

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