La UE desbloqueará la unión aduanera con Turquía al comienzo de 1996
Grecia levantó ayer su veto. La Unión Europea (UE) y Turquía establecerán una unión aduanera desde el 1 de enero de 1996. A cambio, Atenas ha obtenido su reivindicación histórica, una fecha precisa -aunque no fija- para el inicio de, las negociaciones con Chipre. El ministro griego de Asuntos Exteriores entendió que la decisión impulsará la resolución del problema de la isla, cuya mitad norte está ocupada ilegalmente desde 1974 por Turquía. Queda pendiente el sí definitivo del Gobierno griego.
Los aspectos técnicos de la unión aduanera con Turquía se dilucidarán en el consejo de asociación establecido entre los Quince y Ankara, cuya próxima reunión se celebrará el 6 de marzo.Los Quince conceden mucha importancia al incremento de relaciones con Turquía, especialmente desde la guerra del Golfo, en que ese país se alineó junto con la alianza internacional formada para expulsar a Irak de Kuwait. La diplomacia occidental considera además a Turquía como "un tapón contra el integrismo islámico". El ministro español, Javier Solana, lo calificó ayer de "estratégicamente fundamental".
Hasta ahora, Grecia venia bloqueando en solitario este nuevo estrechamiento de lazos comerciales entre la Unión, Europea y Ankara, vinculándolo a un nuevo impulso a la adhesión de Chipre como país miembro de pleno derecho de la Europa comunitaria.
Chipre iniciará las negociaciones de adhesión seis meses después de que acabe la Conferencia Intergubemamental de 1996 que debe reformar el Tratado de la Unión Europea. El acuerdo de ayer da además un aviso a Turquía sobre el respeto a los derechos humanos e indica que la futura adhesión de Chipre debe beneficiar tanto a los grecochipriotas como a los turcochipriotas.
La presidencia francesa tuvo que sudar tinta para hacer pasar el compromiso de Chipre, que levantaba reticencias entre los Quince, no por causas de la propia república isleña -que solicitó la adhesión a la comunidad en 1990-, sino por las consecuencias que la fijación de una fecha para el inicio de las negociaciones de adhesión podrían tener sobre otras adhesiones.
Bélgica se oponía al inicio de cualquier negociación formal de adhesión, de Chipre o de otros países; hasta que no se ratifique y entre en vigor el nuevo Tratado que debe resultar de la Conferencia de 1996: su apuesta es por la profundización, como condición previa a cualquier ampliación. Alemania temía que el calendario para Chipre entorpeciera su prioridad, la ampliación al Este. España condicionaba, su acuerdo a que estableciese claramente que se fija un calendario a título excepcional, es decir, que la aceleración con Chipre no constituyan un precedente para otros países antes de acabarse la reforma del Tratado.
En vilo hasta el final
La fijación de un calendario para negociar la incorporación de Chipre es una victoria para Grecia, que venía persiguiéndolo y condicionaba su desbloqueo de la unión aduanera con Turquía a un paso en este sentido, aunque la referencia del acuerdo a la necesidad de que la medida beneficie a las dos comunidades chipriotas mantuvo en vilo su postura hasta el último momento.
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