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Celibidache elogia la acústica del nuevo auditorio de Murcia

El nuevo Auditorio y Centro de Congresos de Murcia se inauguró el domingo, con asistencia de la reina Sofía. Es el último de los ideados por el arquitecto José María García de Paredes, aun cuando en este caso la colaboración de su continuador, Juan Ignacio García Pedrosa, alcanza niveles muy altos de creatividad.Para empezar, se deben elogiar sin reservas las excelentes condiciones acústicas de la sala grande, capaz para 1.800 personas, que recibió los elogios del superexigente Celibidache, pues fueron el gran maestro y su orquesta de Múnich los encargados del concierto inaugural. Un sonido claro y natural en su presencia y definición, beneficiado por un tiempo de reververación conveniente (2,2) que se asemeja al de la gran sala de Viena, aumentó el rendimiento de un pro grama sobre el que escribimos hace unos días desde Las Palmas y en el que la Sinfonía en sol menor de Mozart y la Quinta de Chaikovski resplandecieron en todas las posibilidades de su belleza.

Hay dos aspectos en los que la España musical ha cambiado de piel: la creación y recuperación de auditorios y teatros y la fundación de orquestas. Gran motor del empeño fue, durante bastantes años, un inquieto e inteligente político murciano desde sus puestos en la Administración central. José Manuel Garrido. Su empecinada labor -que cuenta con antecedentes tan importantes como el Centro Falla de Granada, el primero construido por García de Paredes gracias al apoyo del alcalde Rodríguez Sola- ha sido mantenida a nive les nacionales y autonómicos.

Funcional y austero

Estéticamente, el Auditorio de Murcia es funcional, austero y variado de líneas en su juego de horizontales, verticales y curvas. El arquitecto García Pedrosa dijo que habría deseado un estilo fallesco por la ausencia de retórica en las formas y las tonalidades y el cuidado artesanal de la realización. Y algo tiene de eso, como lo tuvo, en grado máximo, el de Granada.

Cuenta el edificio con una sala de cámara capaz para 469 plazas, dos salas para 150 personas cada una y seis más para grupos de trabajo de 25 a 60 personas, además de las necesarias salas de ensayo, exposiciones, cabinas de estudio, camerinos, oficinas y servicios de biblioteca, cafetería y restaurante.

El emplazamiento en la zona ajardinada de extensión de la ciudad, a orillas del río, es bello y sereno, y el coste final de la obra no rebasa los 2.800 millones de pesetas.

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