El arte chicano, entre dos culturas

Todo se explica con una mirada. Tanto las obras que se presentan en la Casa de América de Madrid con el título de Expresiones chicanas como Yolanda González, la artista que ha venido acompañando a la exposición, dejan claro, a primera vista, la fuerza de su identidad, producto de la íntima mezcla de las culturas mexicana y estadounidense. En los cuadros que se exhiben, el pop art se funde con imágenes como la de la Virgen de Guadalupe. "Queremos sacar lo mejor de las dos culturas", dice González.

Yolanda González es, ella misma, una Frida Kahlo pintada por Botero: poderosa, segura, barroca y atrevida. Su rostro y su atuendo son una referencia explícita -casi clónica- a la artista mexicana, a la que añade un indiscutible tono de modernidad. "Estoy muy orgullosa de ser, chicana", afirma. "Lo importante para nosotros es no olvidar de dónde venimos ni dejar de lado lo que somos".Aun cuando habla en castellano, su primera lengua es el inglés, y la urgencia por comunicarse hace que con frecuencia se deslice de uno a otro idioma. Nació hace 30 años en Los Ángeles, donde han crecido muchos de los artistas del colectivo Self Help Graphics. "En sus 13 años de existencia han pasado por este taller de artes gráficas cerca de 200 artistas", explica. "La mayoría se han criado en California, pero son hijos de padres mexicanos, y por eso sienten de forma tan profunda la huella de estas dos culturas".

La exposición reúne serigrafías de 30 artistas de este taller californiano, trabajos que revientan de colorido y combinan lenguajes del arte más actual con motivos que aluden a símbolos algo tópicos de la cultura mexicana: santos y altares, cactus, figuras aztecas y fiestas populares. Su deseo de buscar las raíces en un país que pocos de ellos conocen a fondo queda en evidencia. Los artistas mexicanos no suelen buscar en ellos sus señas de identidad. "Los chicanos buscamos nuestras referencias, en las imágenes más familiares que tenemos de México. Nos han marcado mucho Frida Kahlo, Diego Rivera, Siqueiros y los muralistas. Siguen siendo una referencia obligada".

"Nosotros tenemos contacto con artistas mexicanos contemporáneos", comenta Yolanda González. "Tenemos discusiones interesantes sobre su forma y la nuestra de afrontar nuestra forma de sentir. Ellos dicen a veces que no deberíamos llamarnos chicanos, sino mexicanos, pero nosotros nos sentimos diferentes de ellos también. A mí me gusta lo que ellos hacen".

En los últimos años ha crecido notablemente el interés por el movimiento chicano tanto en Estados Unidos como en otros países. "Es mayor el interés que está despertando en otros que en nosotros mismos, confiesa Yolanda, "pero eso también nos está dando una fuerza mayor y es una forma de sentirnos más unidos. El arte -incluidos también la música, la literatura y el teatro- es una de las formas que dan a conocer cómo somos y qué sentimos. Pertenecer conscientemente a dos culturas enriquece mucho, es muy positivo. Y eso lo vivimos con pasión y orgullo".