El IVAM repasa una década del espectacular pulso de Miquel Barceló con la pintura

No es un neoexpresionista, aunque sus texturas y composiciones tienen mucho de esa corriente. Es algo más que un posmoderno, porque su distanciamiento de la tradición moderna está basado en un profundo conocimiento de sus fórmulas. Rompedor de los límites de la cultura occidental y fascinado por la naturaleza y por la magia africana, Miquel Barceló mantiene, con aliento barroco, un pulso espectacular con la pintura. El resultado de ese pulso entre1984 y 1994, que ha dividido a la crítica y ha suscitado una expectación, intemacional impresionante, se recoge en una muestra que se exhibió en Londres el año pasado y que hoy se inaugura en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).

"Hacer pintura a partir de elementos que la niegan". Así explica Enrique Juncosa, comisario de la exposición, la parte, central del trabajo de Miquel Barceló, un creador tan joven como polémico y tan discutido como conocido internacionalmente. El artista, que ayer mismo llegó a París procedente de Mali, su patria espiritual en los últimos tiempos, era esperado a última hora en Valencia para que esté presente hoy en la inauguración. Él mismo escogió la segunda sede del IVAM, el Centre del Carme, como espacio para la muestra que repasa su trabajo de la última década. Un espacio espectacular para una evolución espectacular, marcada por la luz y la materia, en la exploración Casi metafísica de la naturaleza.Nacido en Felanitx (Mallorca) el año 1957, Barceló es, a la vez, un trasgresor y un virtuoso. De iniciales tentativas conceptuales, este joven pintor empezó a destacar a inicios de los años ochenta con una combinación del eclecticismo característico de las propuestas que se sitúan en el viaje de vuelta de las vanguardias y de la técnica colorida y enérgica del expresionismo. Su agresividad y sus motivos bestiales, con animales defecando o vomitando y con una atracción por las naturalezas muertas recurrente en su obra impactaron con fuerza.

Barcelona, Nápoles, París y Vila Nova de Milfontes (Portugal) fueron algunos de los ámbitos para su trabajo en aquellos años. Barceló pintó entonces sus bibliotecas, salas de cine y sopas -metáfora de la pintura como materia nutritiva-, que ocupan Ias primeras secciones de la exposición del IVAM, en la que se recorre la. década que media entre 1984 y 1994, con una treintena de cuadros de gran formato, además de otros tantos dibujos y obras de pequeño tamaño y de media docena de sus singulares esculturas en bronce.

A finales de los ochenta, en los cuadros de Barceló, donde la materia pictórica y la luz ya son protagonistas, se cuela el interés por las grietas, las sombras y los agujeros, que desembocan, tras su primer viaje a África, en' los impresionantes paisajes blancos y en las tauromaquias.

Desde su primer viaje al África Occidental, en 1988, Barceló pasa una parte del año en aquella zona del mundo, en la que ha encontrado un elemento de. inspiración para su obra, caracterizada por la voluntad de asimilación sensorial de las formas y el paisaje. El retorno a las naturalezas muertas, la aparición de las impresionantes. crucifixiones de animales y algunos cuadros, como La anguila y Estudio de las esculturas, en los que dialoga, desde su propio lenguaje expresivo, con las composiciones. de los granes pintores de la historia del arte, presiden este periodo.

Entre las más de setenta piezas incluidas en la exposición que se exhibió entre septiembre y noviembre de 1994 en la Whitechapel Art Gallery de Londres, se han incorporado en el IVAM algunos ejemplos de la, más reciente serie de trabajos del pintor.

Una muy personal interpretación de los temas y composiciones tradicionales, desde el perfecto dominio de un uso de las texturas deudor de Tápies y de la tradición catalana, parece presidir las preocupaciones de Miquel Barceló en esta primera mitad de la década de los noventa, al tiempo que la atracción por la materia le ha llevado a la práctica de la escultura, con unos resultados que Juncosa sitúa amedio camino entre Willen de Kooning y Barry Flanagan, con un aire lírico e iróico aun tiempo.

Exposición de Meireles

Barcelé compartirá las amplias salas del Centre del Carme con otra exposición del brasileño Cildo Meireles, un artista cuya obra se caracteriza por su fuerte contenido social y político y que expone por, primera vez en España.

Una treintena de piezas, entre esculturas' objetos e instalaciones conforman esta muestra, que recorre las preocupaciones de Meireles por la crítica del dinero como material simbólico, la reflexión sobre los sistemas sociopolíticos del mundo actual y la relativización de las verdades absolutas de la ciencia y de la vida cotidiana.

Ambas muestras permanecerán abiertas en esta segunda sede del IVAM hasta el próximo 23 de abril.