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"Soy absolutamente partidario de la ayuda de EE UU a México"

"La economía mexicana es sólida". Robert Fogel, Premio Nobel por la aplicación de la economía al análisis histórico, cree que la crisis de México es transitoria, pero, que puede repetirse en algún otro pais.

Robert Fogel, profesor en la Universidad de Chicago durante 23 años, ha pasado dos días en España para pronunciar una conferencia sobre Las implicaciones de la ética en los negocios, y otra sobre gastos de pensiones y sanidad. El profesor cree irremediable reconsiderar el estado del bienestar, y aboga por el crecimiento de los países emergentes.Pregunta. ¿Cómo se puede solucionar la brecha entre países pobres y ricos, entre Norte y Sur?

Respuesta. Lo primero es no tener pánico a la competencia de esos países cuando crecen, porque entonces también son un mercado para los productos de los países ricos, que tienen ventajas comparativas de calidad, de formación... Lo mejor es que las tendencias de crecimiento que se dan en el sureste de Asia y en muchos países de latinoamérica sean bienvenidas. Pero hay que ayudarlos técnicamente.

P.¿Es partidario de la ayuda propuesta por Clinton a México?

R. Absolutamente. Creo que la economía mexicana es básicamente sólida y esa ayuda propuesta al Congreso es una forma razonable de resolver lo que creo que es una crisis transitoria. Pero Estados Unidos, sin embargo, no puede jugar ese mismo papel a nivel internacional. México es un caso especial porque tenemos con ese país una alianza muy importante. Y tanto México, como Ca.nadá, tienen que saber que EE,UU es su aliado económico.

P. ¿Pueden darse más situaciones como la mexicana?

R. Puede haberlas. Es consecuencia de la globalización de las finanzas. Lo que se tiene que plantear es un nuevo rol para el Fondo Monetario Internacional, para que asuma el mismo papel que ahora está haciendo Estados Unidos con México. El Fondo tendría que ayudar más a solucionar la inestabilidad que pánicos transitorios provocan en economías sólidas.

P. ¿El crecimiento de la economía será duradero?

R. Sí lo será,pero, a un ritmo moderado. No es el mismo tipo de crecimiento que en los años comprendidos entre 1953 y 1973, que fue un periodo de excepcional crecimiento. Entonces, se basó en la expansión de las industrias tradicionales. Ahora estamos atravesando una revolución más honda, especialmente en los países ricos como Estados Unidos, Japón y el Oeste de Europa, que está basada en la informática y que provoca un desplazamiento importante de mano de obra desde el sector industrial. Hay que acoger a esos desplazados en las empresas que requieren ahora mano de obra. Y esas empresas están en el sector servicios.

P. ¿Y eso cómo se consigue?

R. Asegurando que los jóvenes que entran en el mercado de trabajo conozcan las nuevas técnicas y, donde sea posible, buscando y desarrollando programas para que los desplazados puedan encontrar trabajo. Esto último es más complicado cuanta más edad tienen los parados.

P. Pues, al menos en Europa, las medidas que se han adoptado no han sido suficientes para dar trabajo a la mano de obra excedente en la industria tradicional.

R. Se puede absorber esa mano de obra, pero representará una menor jornada laboral. Se camina hacia la semana laboral de cuatro días. El mundo empresarial se mueve en ese ritmo. Es una cuestión que se ha planteado en países como Alemania.

P ¿Esa jornada menor conllevará también menor salario?.

R. Esa es una medida que se puede aplicar en épocas de recesión, como ha hecho Volkswagen. En- ese caso se trata de dividir el trabajo para que haya para toda la plantilla. Pero, cuando la demanda crezca, será muy difícil volver a una jornada mayor.

P.. ¿Cuál ha sido el problema de la industria tradicional?

R. El problema de la industria tradicional es que la capacidad de los consumidores para absorber productos no perecederos es menor de lo que fue hace 20 años. Entonces por cada dólar innecesario para cubrir las necesidades se gastaba dólar y medio en productos como televisión, tocadiscos... Ahora de ese dólar sólo se gastan 95 centavos, y sin embargo, va aumentando el gasto en servicios, fundamentalmente en lo que se refiere al cuidado de la salud y el ocio.

P. ¿Puede Europa mantener su estado del bienestar?

R. Según los datos que manejo, dentro de 60 años la expectativa de vida será de 95 años. Si es correta esta predicción, ninguno de nuestros sistemas de pensiones vale. El Gobierno y las empresas privadas tienen que reconsiderar la financiación de las pensiones y también el coste de la sanidad. Aunque no estamos viviendo una crisis inmediata. Se trata de un proceso a 50 ó 60 años vista. Hay tiempo para replantearse el sistema. Pero hay que hacerlo, porque estamos hablando de gente que en el futuro va a pasar la tercera parte de su vida como jubilada.

P. Usted es un estudioso de la ética en los negocios. ¿Qué piensa de la situación española?

R. Estoy a favor de eliminar la corrupción donde sea posible, pero no pienso que una lucha por el poder basada en cuestiones de corrupción resuelva los problemas económicos a los que se tiene que enfrentar. Su gran reto e reducir la tasa de paro, y eso requiere una reestructuración de la economía española.

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