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Más de 100.000 evacuados en Holanda, por el riesgo de ruptura de diques

Las inundaciones que sufre media Europa han obligado a desalojar sus casas en Holanda a más de 100.000 personas, por el peligro inminente de que se rompan los diques. En Alemania, la crecida del Rin ha batido en Colonia la marca del siglo, al llegar a un nivel de 10,7 metros. Mientras, la mitad de Francia chapotea desde hace una semana, y las inundaciones han afectado hasta ahora a 43 departamentos, especialmente los del noroeste y noreste.

Tras un breve respiro de cielos secos, un nuevo frente de lluvias intensas está previsto en Francia para el miércoles y se esperan más desbordamientos fluviales. En Francfort se ha decretado la alarma porque el Meno llega ya a sus niveles más altos en los últimos 25 años. Pero las noticias más dramáticas llegaban ayer de Holanda, donde en la región de Nimega se advirtió a los habitantes que evacuasen sus casas por el peligro de ruptura de los diques. En la tarde de ayer miles de personas se apresuraban a abandonar sus pertenenecias y poner a buen recaudo vacas y otros animales. En caso de ruptura de los diques, se temía que el agua subiera cuatro metros en poco tiempo e inundara toda la región.El Rin batió marcas en Colonia, donde se han colocado 200.000 sacos de arena para impedir la entrada de las aguas. La zona de bares de esta ciudad tiene agua hasta dos metros de altura. En Bonn la embajada de Estados Unidos, junto al Rin, ha cerrado sus puertas. El barrio de Beuel, en la margen derecha del río, se en cuentra inundado. Ante la oleada de turistas de la catástrofe, los afectados por la inundación expresan su indignación. En algunas casas han colocado carteles con frases como "¡Fuera mirones!" o "Se ruega no dar de comer a los animales".

El Gobierno francés anunció ayer que en los próximos días declarará la situación de catástrofe natural, para agilizar el pago de indemnizaciones a cientos de miles de afectados. Hasta el momento, el temporal de lluvia y viento ha causado 15 muertos, cinco desaparecidos y 14 heridos. El coste económico aún no ha podido ser estimado, ni siquiera aproximadamente. Pero 40.000 viviendas y cientos de fábricas, mercados e infraestructuras de comunicaciones han resultado dañadas, especialmente en Bretaña, la Baja Normandía, las Ardenas y la región nororiental de Lorena.

En la ribera izquierda del Rin en Bonn, en la zona del barrio del Gobierno, el agua ha subido bastante desde el viernes. 'Hay oficinas de diputados del Bundestag que ya solamente se pueden alcanzar en barca.

En lo que está previsto que se convierta en nuevo edificio del Bundestag, las bombas de agua trabajan a todo trapo para ¡mpedir que se aneguen los cimientos y se produzca otro desastre como el de hace 13 meses. En aquella ocasión, la riada del siglo sacó a relucir la chapuza del siglo, cuando las aguas convirtieron al edificio en construcción en una ruina poco aprovechable.

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Mañana, más lluvia

La alcaldesa de Bonn anuló ayer "por inundación" un almuerzo con los corresponsales extranjeros acreditados en Alemania. El Gobierno federal está comenzando a considerar la posibilidad de aprobar una ayuda extraordinaria para los afectados por la catástrofe.

En Francia el Ejército aprovecha estos días de tregua, cuya duración, según los metereólogos, no irá más allá de mañana, para transportar agua potable a las zonas noroccidentales más afectadas y preparar refugios. En las regiones próximas al río Mosa, en el noreste, no hay respiro. Sigue lloviendo, el nivel del río crece varios centímetros cada hora y se cree que lo peor está por llegar.

En Bélgica, las aguas del Mosa han causado la muerte a seis personas y las comunicaciones por carretera y ferrocarril entre Lieja y París se han visto interrumpidas.

Incluso en París, donde las medidas de seguridad y las precauciones son máximas, la vida cotidiana se ha visto trastornada: las carreteras paralelas al Sena han desaparecido bajo las aguas, con los consiguientes atascos de tráfico en el centro de la ciudad,y el río ha dejado de ser navegable porque ha crecido tanto (hasta cinco metros) que las embarcaciones no caben por la boca de los puentes.

Las inundaciones no son un fenómeno desconocido en Francia. En algunas zonas, como el área bretona de Redon, ha habido cuatro en dos años. Lo inquietante es que cada vez son más rápidas y dañinas, y los aliviaderos construidos en los ríos. muestran poca eficacia.

Ingenieros y ecologistas coinciden en un mismo diagnóstico sobre las causas: demasiado cemento y pocos bosques. La extensión de las zonas asfaltadas impide que el agua se filtre hacia el subsuelo, y el talado de árboles para crear campos de cultivo ha acabado con el sistema natural de contención y absorción hacia las capas freáticas. Puede darse el caso de que en verano haya que sufrir sequía en alguna zona actualmente inundada, porque muy poca agua quedará almacenada en las corrientes subterráneas. Muchos embalses ya son inservibles, porque su agua está contaminada con residuos fecales y miles de ratas muertas expulsadas de las alcantarillas.

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