Las autoridades peruanas se limitan a hablar de "escaramuzas"
La imprecisión sobre la amplitud del conflicto, las zonas de beligerancia y el número de bajas seguía siendo ayer la nota dominante del enfrentamiento en Perú, donde las autoridades insistían en no dar información sobre lo ocurrido. Fujimori hizo una exposición a la prensa el sábado, tras su reunión informativa con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, pero no respondió preguntas que precisamente inquirían sobre los detalles de lo ocurrido y calificó los en frentamientos en la frontera de "escaramuzas".
En sus diez minutos de intervención, el presidente peruano manifestó, ayudado por un mapa del territorio nacional, que "la falta de colocación de hitos en 78 kilómetros de la frontera binacional, de un total de 1.600 kilómetros de longitud geográfica, es porque la república hermana de Ecuador suspendió este proceso". Y agregó: "Para nosotros es enojoso, penoso, que entre dos países hermanos se produzcan estas escaramuzas. Sería muy peligroso y negativo para la paz y la amistad entre Perú y Ecuador que por algún accidente. casual se produjera un hecho mayor".
Fuentes extraoficiales peruanas informaron ayer de que tropas de Perú habían recuperado tres puestos de vigilancia que habían sido "invadidos" por fuerzas ecuatorianas, en el sector denominado Cueva de los Tayos.
Silencio hermético
Mientras que el fervor nacionalista se encendía en Quito, en Lima había un silencio hermético sobre la supuesta ofensiva general desencadenada contra posiciones ecuatorianas. Un portavoz de la cancillería peruana se negó a comentar la denuncia ecuatoriana sobre una "ataque masivo" y dijo que "la información sobre temas militares le compete al Comando Conjunto" del Ejército.
César Gaviria aseguró ayer que no es mediador en el conflicto entre Ecuador y Perú, y que su gestión es complementaria a la que realizan los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro (Argentina, Brasil, Chile y EE UU). El presidente Fujimori, por su parte, reconoció el gesto de buena voluntad de Gaviria, pero fue muy enérgico al sostener que ni la OEA ni las Naciones Unidas "tienen absolutamente injerencia en el problema suscitado".
El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, habló ayer por la tarde por teléfono con sus colegas de Perú, Efraín Goldenberg, y Ecuador, Galo Leoro, para manifestarles la preocupación del Gobierno español por la escalada de incidentes armados entre los dos países vecinos.
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