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Andreotti niega ser el hombre de la Mafia en Roma

"Me han dado la vuelta como a un calcetín durante dos años, y no han podido encontrar ni una sola acción mía favorable a los mafiosos. Es más, tengo pruebas de algunas manipulaciones muy graves de documentos del proceso. Y ha corrido mucho dinero, vergonzosamente, para corromper a los arrepentidos. En todo esto hay una dirección de escena", repite desde hace meses el ex presidente del Gobierno italiano Giulio Andreotti. Hoy comienza en Palermo el juicio preliminar, en el que se decidirá si Andreotti es procesado por mafioso o si su caso se archiva.El político ex democristiano, todavía hoy parlamentario como senador vitalicio, no acudirá a la sala. Tampoco irán sus abogados -los letrados de Palermo hacen huelga estos días-, que piensan pedir el traslado de la causa a Roma, por una cuestión de fuero, y, en cuanto a la sustancia, que se archive por falta total de delitos concretos constatados y de pruebas.

Odoardo Ascari, el letrado de Andreotti, quiere solicitar además el aplazamiento inmediato de la sesión para poder estudiar los casi 2.000 nuevos folios de requisitoria que le llegaron hace dos días. Será la tercera suspensión del juicio preliminar lograda por el ex primer ministro, mientras crece la documentación en su contra.

El último testimonio que le compromete es el de Dick Martin, un conocido fiscal norteamericano que hoy trabaja para el FBI y que afirma que, ya en 1985, Tommaso Buscetta, el más célebre de los arrepentidos, le diio que Andreotti protegía a los mafiosos.

Declaraciones de 'arrepentidos'

Las diligencias contra el ex primer ministro parten de las declaraciones de 15 arrepentidos: 10 de Cosa Nostra, dos de la Banda de la Magliana -organización romana-, dos de la Sacra Corona Unida -organización de Puglia- y uno de la N'Dranghetta, delincuencia sarda.

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Sobre ellas han construido los fiscales la hipótesis de que, desde los años setenta y hasta 1992, Andreotti garantizó a la Mafia que los procesos importantes contra sus integrantes serían amañados en el Tribunal Supremo, gracias a los buenos oficios de Corrado Carnevale, que, durante años, ha escandalizado a Italia con sentencias favorables a los delincuentes.

En el contexto de esas supuestas relaciones se inscriben los presuntos contactos clandestinos de Andreotti con mafiosos como Totó Riina de que hablan los arrepentidos, la historia del beso del gran capo al ex primer ministro y las muertes de Salvo Lima e Ignazio Salvo, dos próximos a Andreotti, a los que la Mafia asesinó en 1992 porque, según los fiscales, Andreotti había incumplido los pactos de protección a cambio de votos.

Treinta policías especializados han trabajado durante dos años para buscar pruebas e indicios a partir de las declaraciones de los arrepentidos. Se han examinado más de 12.000 sentencias del Supremo, se han incorporado a los actos miles de horas de escuchas telefónicas y cientos de folios de otros procesos. La conclusión de los fiscales es que Andreotti miente.

Le acusan de mentir cuando dice que no se relacionaba con Carnevale, que no conocía a Ignazio Salvo, que nunca supo que Salvo Lima tuviera relaciones con la Mafia, que todos sus viajes a Sicilia han estado controlados, que sus relaciones con el general Carlo Alberto Dalla Chiesa eran excelentes, que conoció a Michele Sindona y a Licio Gelli como tantos otros italianos. Los fiscales sostienen que Andreotti miente casi siempre.

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