Los secesionistas derriban dos helicópteros mientras Grozni sufre intensos bombardeos
Los independentistas chechenos aguantaban aún, ayer en dos zonas de Grozni la lluvia artillera a que les sometían desde las afueras de la ciudad las fuerzas rusas. Algunos grupos abandonaban la capita rumbo a las montañas, para seguir desde allí su resistencia, al tiempo que las fuerzas chechenas contrarias al general Dhzojar Dudáiev se preparaban para asumir el poder. Los chechenos, no obstante, plantaban cara como podían a la ofensiva y derribaron dos helicópteros rusos al norte de la capital.La artillería de Moscú descargaba sobre todo en el barrió de Minutka, en el centro de la ciudad, donde se oculta el estado mayor de los fieles a Dudáiev desde que el jueves pasado abandonara el palacio presidencial. La base del llamado Batallón Abjazo, las fuerzas de élite, sita un poco más al sur, también era objeto de un bombardeo sin respiro. Estos dos puntos estratégicos parecen ser los últimos focos de la resistencia secesionista.
Un fotógrafo occidental vio el martes por la noche salir de Grozni varias piezas artilleras chechenas, retiradas probablemente siguiendo las directrices del comandante del Batallón Abjazo, Chamil Basaiev, quien había adelantado la disposición de sus hombres de seguir la guerra desde las montañas del sur. Los carros de combate rusos, que el martes hacían imposible el acceso a la ciudad, estaban ayer por la mañana silenciosos, lo que era aprovechado para evacuar civiles en vehículos que se cruzaban con otros que llevaban refuerzos a la capital. `"No habrá guerra de guerrilla si nos ponemos de acuerdo con los rusos", manifestó Beslan Gantemirov, uno de los principaples líderes de la oposición a Dudáiev. "Los seguidores de Dudáiev ya no existen. Esperamos instalarnos en Grozni de aquí a 15 días". Con independencia de los deseos de Gantemirov, los hombres de Dudáiev demostraron ser capaces de dar aún fuertes golpes a las tropas de Moscú. Ayer derribaron dos helicópteros de ataque Mi-24 y mataron a sus seis tripulantes sobre un pueblo al porte de Grozni.
A menos de medio centenar de kilómetros al suroeste de Grozni, los rusos mantienen también toda su presión, incluido el uso de aviones. El pueblo de Bamut, donde hay una antigua base militar soviética, sufre intensos bombardeos artilleros.
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