Los obispos alemanes se autocritican por Auschwitz
La Conferencia Episcopal alemana, en una carta pastoral con motivo del 500 aniversario de la Liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, en el sur de Polonia, ha emitido una severa autocrítica y condena de la postura de los católicos alemanes y de la misma Iglesia durante el nazismo. Al mismo tiempo los obispos alemanes establecen que los cristianos no pueden alimentar ninguna forma de antisemitismo y "donde se produzca tal actitud existe el deber para una resistencia pública y manifiesta".El aniversario ofrece a los católicos la oportunidad de plantearse sus relaciones con los judíos. Los obispos reconocen la aportacion decisiva de los judíos a la ciencia y cultura alemana, sin embargo pervivió una actitud antijudía también en el campo eclesiástico. Esto llevó a que los cristianos en los años del Tercer Reich no ofreciesen la obligada resistencia contra el antisemitismo racista".
Distinguen los obispos entre diferentes tipos de culpa de los católicos durante el nazismo: "No pocos se dejaron llevar por la ideología del nacionalsocialismo y permanecieron indiferentes ante los crímenes contra las vidas y propiedades de los judíos. Otros contribuyeron a los crímenes y se convirtieron incluso en criminales. Se desconoce la cifra de los que se mostraron espantados ante la desaparición de sus vecinos judíos, aunque sin encontrarla fuerza para una protesta visible. Aquellos que ayudaron hasta comprometer sus vidas se quedaron con frecuencia solos".
Supone una carga pesada hoy día, escriben los obispos, que incluso con motivo de los primeros pogromos, en noviembre de 1938, no hubiese protestas públicas, cuando ardieron centenares de sinagogas, se profanaron los cementerios, se demolieron miles de comercios y viviendas de judíos y se saquearon, maltrataron e incluso se asesiné a personas.
La culpa y el fracaso de aquel tiempo tiene "una dimensión eclesiástica", según los obispos, porque la iglesia volvió las espaldas a la tragedia de los judíos, calló ante los crímenes y sólo se preocupó de salvar las propias instituciones amenazadas.
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