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Reportaje:

La milana de lván

Unos niños devuelven la libertad a ocho animales heridos por los furtivos y el desarrollo incontrolado

Vicente González Olaya

A Iván, de seis años, de rostro pálido y mirada tímida, le temblaban ayer las manos cuando cogía entre sus brazos a su amiga Pita. El pequeño estaba a punto de devolver la libertad a una milana real que cuatro meses antes había quedado atrapada en unos cagles de alta tensión. Iván, que protegía con mucho cuidado, apegada a su pecho, a la asustada rapaz, abrió de repente los brazos. El niño se quedó parado, con las manos abiertas y mirando al cielo. Pita alzó, entonces el vuelo y cruzó el cielo de Peñalara. Iván miró luego a su padre, quien le abrazó con fuerza.La Agencia de Medio Ambiente (AMA) y la asociación ecologista Grefa devolvieron también la libertad, ayer, a una gineta, dos cárabos, un mochuelo, un búho chico, dos lechuzas y una milana real en la finca Los Batanes, propiedad de la Comunidad, y situada dentro del término municipal de Rascafría (1.400 habitantes).

Estos animales habían quedado atrapados meses antes entre los cables de alta tensión de la región o en las trampas que los cazadores furtivos les habían preparado. Sin embargo, los animales fueron curados en los centros de recuperación que poseen Grefa y la Comunidad. El coste de su mantenimiento y ciudados corrió a cargo de los padrinos; los padres de Iván sufragaron los cuidados de Pita.

Tras soltar a los animales, cientos de niños, provenientes de colegios de Majadahonda (37.400 habitantes), cogieron los azadones. Cada uno de ellos portaba, además, un pequeño acebo y un retoño de: abedul. Juan Vialva, director del parque natural, explicó: "Son 500 acebos y 300 árboles que han sobrevivido a las fiestas de Navidad. Es una forma de enseñar a los más pequeños que debemos recuperar nuestro medio ambiente. La suelta de animales y la plantación ¿le es tas especies es un acto simbólico de defensa de la naturaleza".

El director de la Agencia del Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri, reconoció que la caza furtiva es uno de los grandes problemas del parque. "No obstante, estamos satisfechos con su conservación porque la gente, y fundamentalmente los jóvenes, se están dando cuenta de que ésta es una de las últimas oportunidades que nos quedan para salvar la naturaleza", advierte.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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