Muere a los 87 años Miguel Torga, patriarca de la literatura portuguesa contemporánea
Sucesor de Camoens y Pessoa, su obra fue traducida a veinte idiomas
El escritor portugués Miguel Torga falleció ayer en Coimbra. "Y llegó al fin este libro que empecé a escribir, un poco alocadamente, hace 60 años", como él mismo decía en febrero de 1994, cuando fue publicado el volumen 16 de su Diario. Una muerte esperada. Torga tenía 87 años, sufría de un cáncer y en su última obra no escondía nada de las angustias y sufrimientos de la vejez, de la enfermedad y de la proximidad de la muerte. Pese a esto, o tal vez por esto mismo, la noticia causó una profunda emoción en Portugal, no sólo en los medios literarios, sino también entre millones de portugueses.
Miguel Torga fue un clásico en vida, el portugués más universal después de Camoens y Pessoa, porque sus obras fueron traducidas a más de 20 idiomas, porque recibió una serie interminable de premios nacionales e internacionales (con excepción del Nobel), porque fue siempre solitario y publicó personalmente todas sus obras en la misma pequeña imprenta de Coimbra que editó Ansiedade, su primer libro de poesías, en 1928. Todos se acostumbraron a considerarlo intemporal, inmortal.El escritor falleció en el Instituto Portugués de Oncología, donde se encontraba internado desde hace vanos meses. El presidente portugués, Mario Soares, que dijo sentirse "vivamente impresionado" por la noticia, declaró ayer que sentía "admiración, casi devoción" por el autor al que calificó como "un ejemplo para futuras generaciones", informa Efe. El ex ministro de Sanidad de Portugal y amigo personal del escritor, Antonio Arnaut, quien acompañó a Torga en los últimos momentos junto a Ia esposa de éste, manifiestó: "Con él desaparece alguien que en los últimos 50 años fue la con ciencia moral del país, al que deja un legado cultural insustituble".
Sacrificios
Adolfo Correia Rocha, su verdadero nombre, nació el 12 de agosto de 1907 en San Martinho de Anta, una pequeña aldea de Tras-os-Montes, en el noreste de Portugal, hijo de campesinos pobres y, como muchos portugueses de su condición, el seminario o la emigración a Brasil eran los únicos caminos que se le ofrecían para escapar a la maldición del trabajo bracero. Tentó ambos y ambos rechazó, acabando por estudiar medicina en Coimbra, al precio de mil sacrificios. Como él mismo confesaba, "empecé mal y tarde. Cuando otros partían del saber, yo partí del sufrimiento. Ninguna puerta se me abrió' sin que tuviera que echarla abajo. Luché contra mí mismo. Una infancia rodada, como pelota a la merced de los puntapiés del mundo".
Hombre de "muchas dudas y pocas certidumbres", austero, lacónico, orgulloso, fue también un hombre de acción, que participó en muchos combates literarios, cívicos y políticos; el último, contra el europeísmo y a favor del iberismo. Dijo a este propósito: "Mi patria cívica acaba en Barca de Alva, pero mi patria telúrica acaba solamente en los Pirineos". Y al escoger su nombre literario, en 1934, quiso subrayar esta doble nacionalidad, "Miguel, como Cervantes y Unamuno, Torga, del nombre de una planta silvestre de su sierra natal".
El más universal de los portugueses, con más de 50 títulos publicados, de la poesía al teatro, de la novela al ensayo, sin hablar de innumerables conferencias y artículos de periódicos y revistas, será enterrado hoy en su pueblo de Tras-os-Montes. Sin ceremonia religiosa, como exigió el escritor con cuyos cuentos aprendieron a leer miles de portugueses.
En la ciudad de Coimbra, donde ha muerto, desarrolló su profesión de médico otorrinolaringólogo y cirujano, desde su licencíatura en medicina en 1933, y durante casi medio siglo. Empezó a escribir y publicar durante su época de estudiante, tras establecer contacto con los medios literarios de su tiempo, sobre todo el grupo de la revista Presença.
Torga escribió su primer libro de poemas, Ansiedade, en 1928, y dos años más tarde Rampa, que significó su ruptura con el movimiento literario. Una postura cada vez más radical con el régimen salazarista provocó frecuentes secuestros de sus libros y la cárcel para el autor.
"Ser escritor en Portugal es como estar enterrado y arañar sin cesar la tapa de su propio ataúd", escribe Torga en Diario, testimonio contra la opresión, la tiranía y la injusticia. En 1939 volvió a. estar en la cárcel por la publicación de la obra Cuarto día de la creación, en donde relata un viaje por la Europa fascista y la España de Franco.
En castellano
Entre sus títulos de narrativa traducidos al castellano, publicados por Alfaguara, figuran desde los años ochenta La creación del mundo, Cuentos de la montaña, Piedras labradas y una selección de su Diario (1932-1987). Ediciones Cultura Hispánica publicó en 1984 Poemas ibéricos y a finales del año pasado la salmantina Amarú Ediciones publicó una antología bilingüe de Torga. El Diario, escrito a lo largo de 55 años, tiene en su edición original 16 tomos y más de 3.000 páginas. En el último volumen se despide de los lectores al presentir la muerte. La última obra aparecida en España es Rúa (Alfaguara), un conjunto de 13 cuentos de ambiente urbano y provinciano.
Babelia
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