Un hombre duro, seco y florentino

Florentino de 63 años, casado y , con una hija, duro y seco, como corresponde al carácter tópico de la ciudad de los Médicis, mucho menos fotogénico de lo que conviene a un político, Lamberto Dini es un técnico de la economía crecido en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y luego en el Banco de Italia al calor de los ambientes del ex primer ministro democristiano Giulio Andreotti. Ello le ha convertido casi espontáneamente en una especie de antagonista de Carlo Azeglio Ciampi, el otro técnico del Banco de Italia ligado, en cambio, a ambientes liberales y republicanos, que dimitió como presidente del Gobierno precisamente hace un año, el 13 de enero de 1994.Son dos vidas que se cruzan en conflicto las de estos dos hombres llamados casi sucesivamente, con el paréntesis del Gobierno de Silvio Berlusconi, a dirigir la política italiana, por la necesidad de defender la lira en la continua marejada de una inestabilidad institucional y un déficit crónicos. Ambos son conocidos en los círculos financieros internacionales y, en consecuencia, pueden dar serenidada los mercados.

Ex alumno de las universidades de Florencia, Minnesota y Michigan, en Estados Unidos, ex representante del Gobierno italiano en el FMI, donde trabajó durante 20 años, Dini entró en Bankitalia en 1979, el mismo año en que Ciampi fue nombrado gobernador del instituto emisor.El nuevo primer ministro italiano cultivó desde esa sede, en la que permaneció 15 años como director general, numerosas amistades en los círculos del fallecido Vittorio Sbardella, el hombre fuerte de Andreotti en Roma, que, coincidiendo con la disolución de la Democracia Cristiana, se pasaron a la Alianza Nacional. Cuando Ciampi fue designado presidente del Gobierno, en abril de 1993, Dini no fue promovido en Bankitalia y tocó a Angel Fazio pasar a desempeñar el cargo de gobernador.Un año después, cuando Berlusconi encomendó a Dini la cartera de ministro del Tesoro, el nuevo Gabinete entró en una guerra con Fazio en tomo al nombramiento del sucesor de Dini en el banco. La contienda fue tan virulenta que buena parte de la prensa internacional y, en concreto, el Financial Times, interpretó que Berlusconi y Dini pretendían poner coto a la autonomía del instituto. Dini reaccionó entonces agria y amenazadoramente frente a aquellas apreciaciones.

Todo ello ha contribuido a forjar la imagen de Dini como un Ciampi de derechas. Durante su mandato, Lamberto Dini se ha caracterizado como defensor del rigor financiero público y representó la dureza gubemamental frente a los sindicatos en las luchas desatadas en tomo a la ley de presupuestos del Estado para 1995 y, en especial, acerca de la reforma de las pensiones. Todo ello explica que la izquierda encuentre difícil apoyar a su Gobierno.