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Los rayos ultravioleta causaron también el aumento de cataratas y otras afecciones

Juan Jesús Aznárez

El pasado octubre, las mediciones del espesor de la capa de ozono en la Antártida, efectuadas mediante satélites estadounidenses, confirmaron un mínimo histórico: el adelgazamiento llegó a las 150 unidades dobson respecto a promedios que superaban las 300 unidades. El agujero, de una extensión de 25 millones de kilómetros cuadrados, afecta a Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelanda; y alcanza sus dimensiones más graves en la primavera austral (otoño en la latitud española).Los CFC (clorofluorocarbonos, compuestos químicos que justo este año dejan de fabricarse en la Unión Europea que se han utilizado profusamente en aire acondicionado, refrigeración aislantes y aerosoles) son los principales causantes de este agujero. Los científicos destacan que un solo átomo de cloro puede destruir varios centenares de miles de moléculas de ozono. Señalan que el deterioro de esta capa que protege a la Tierra de las radiaciones más peligrosas del sol aumentará hasta 1998.

Chile es un país especialmente vulnerable al haberse de mostrado que el adelgazamiento sobre la Antártida es mucho mayor que el observado en el Ártico o en latitudes medias. Entre diciembre y enero, temporada alta en el verano austral, el peligro es mayor al sur de la latitud 30. Los expertos chilenos citan el caso de Punta Arenas, localidad del extremo sur del país, la más cercana al continente antártico junto con la argentina Ushuaia. En esta y población, el registro de la capa suele ser 460 unidades dobson y este año fue de 160.

Ocurre que después de algunos años de exponerse mansamente a los peligrosos rayos ultravioleta, el organismo se resiente y el sistema inmunológico se deteriora. Con el tiempo pueden aparecer serias afecciones de piel, cataratas, alergias, atrofias y envejecimiento prematuro.

Se teme que los efectos de las quemaduras se aprecien más claramente a partir de 1996. Un estudio de las Naciones Unidas pronostica que los cánceres de piel aumentarán en un millón de personas en todo el mundo, con 250.000 casos más de ceguera por cataratas, como consecuencia de esa progresiva pérdida de grosor de la capa de ozono en la estratosfera, que también afecta a otras partes vitales de la naturaleza, como el plancton marino.

Jaime Ferrer, médico asesor de la Corporación Nacional del Cáncer (CONAC), no quiere ser alarmista y subraya que "el cáncer de piel más frecuente, producido directamente por los rayos ultravioleta, es el epitelioma vasocelular y es de buen pronóstico". De todas formas, se ha multiplicado el número de personas, que academia las consultas de los especialistas y la nueva plaga afectará más a la población más joven. CONAC estima que las posibilidades de que personas nacidas actualmente puedan presentar la enfermedad son el doble de las nacidas doce años atrás.

Algunos grupos ecologistas aseguran que dentro de dos dé cadas Ja incidencia de este fenómeno sobre la salud de la población puede ser similar, o incluso mayor, que la producida por el sida.

No es la primera vez que el Ministerio de Sanidad chileno advierte severamente sobre los excesos de las prolongadas exposiciones al sol, que pueden acelerar el envejecimiento y debilitar el sistema inmunológico.

Hace un año informó que los cánceres de piel aumentaban en Chile a un ritmo promedio del 10% anual. Según las conclusiones del Departamento de Epidemiología, los principales picos de la enfermedad se localizan en las regiones norteñas de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, Valparaíso, en el centro, y Los Lagos, en el sur.

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