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Los reformistas quieren obligar a Yeltsin a acabar con el conflicto armado en Chechenia

Los diputados progresistas comenzaron ayer a recoger firmas para convocar una sesión extraordinaria de la Duma, la Cámara baja rusa, para debatir sobre la guerra en Chechenia y forzar al presidente Borís Yeltsin a detener la ofensiva contra la rebelde república norcaucásica. Los enfrentamientos entre los independentistas chechenos y las tropas rusas prosiguieron ayer con virulencia en la capital, Grozni. Las fuerzas rusas han abandonado el centro de la ciudad. Según la agencia Interfax, la línea del frente se encuentra a un kilómetro y medio al noroeste del palacio presidencial, cerca de la estación ferroviaria. Las calles adyacentes se hallaban ayer pobladas por más de un centenar de cadáveres de soldados rusos.

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VIadímir Lisenko, presidente der Partido, Republicano, declaró que los líderes de los grupos parlamentarios se habían puesto de acuerdo en principio para convocar una sesión extraordinaria de la Duma y confió en que pueda celebrarse pasado mañana. Al mismo tiempo, Serguéi Filátov, jefe de la Administración del presidente, afirmó tras entrevistarse con dirigentes parlamentarios y con Yegor Gaidar, líder del partido reformista Opción de Rusia, que "es necesario buscar salidas políticas al conflicto" y que el Gobierno presentará un informe a Yeltsin con recomendaciones en este sentido.Gaidar, padre de la reforma económica rusa, declaró en una conferencia de prensa que su partido, Opción de Rusia, propondrá reformas constitucionales para crear un eficaz mecanismo de control parlamentario sobre el presidente, lo que permitirá evitar en el futuro aventuras como la guerra en Chechenia. Gaidar calificó la intervención de "crimen militar masivo".

Voces discordantes

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De otra parte, se escuchan cada vez más dentro del propio Gobierno voces discordantes con la operación en Chechenia. El ministro del Medio Ambiente, Víktor Danilov Danilian, se desmarcó ayer del Kremlin y censuró la acción. Viatcheslav Kostikov, portavoz de Yeltsin, lanzó un dardo venenoso contra el ministro de Defensa, Pável Grachov, al criticar "la falta de preparación y la improvisación de la operación". Un consejero del presidente también ha cuestionado la estrategia militar rusa en el conflicto.

En Grozni continuaron ayer los bombardeos tanto de la arti llería como de la aviación rusas, así como los enfrentamientos entre ambos bandos. Un proyectil cayó en el Palacio Presidencial y tres explotaron en la plaza adyacente. Los proyectiles fueron disparados desde el noreste, donde se han concentrado las tropas rusas después de que fueran obligadas a replegarse. Moscú no ha respondido a una propuesta de alto el fuego lanzada el lunes por la noche por el presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, desde su refugio. Los chechenos retiran a sus muertos y les dan sepultura de inmediato, por lo que es difícil calcular el número de sus bajas.

Tres, helicópteros de asalto rusos lanzaron misiles contra depósitos de petróleo a unos 20 kilómetros al suroeste de Grozni, dos de los cuales se hallan en llamas y existe el peligro de que el incendio se extienda a otros cercanos, según testimonios locales.

La línea del frente ayer estaba a un kilómetro y medio del Palacio Presidencial, cerca de la estación de ferrocarril, que contrariamente a las afirmaciones oficiales de Moscú, se encontraba en manos chechenas, según testimonios locales. La localidad de Chal¡, a una treintena de kilómetros al sureste de Grozni, fue bombardeada a última hora de ayer por la aviación moscovita. El ataque, que alcanzó un hospital y un mercado, causó, según un diputado moscovita, al menos veinte muertos.

A las pocas decenas de blindados que tienen los rebeldes se les oponen cientos de carros de combate y blindados rusos. En el último asalto a Grozni participaron más de 200 vehículos acorazados y, según un diputado ruso, ahora se prepara un nuevo ataque en el que se utilizará medio millar de carros de combate. No existen cifras oficiales sobre el número de tropas concentradas alrededor de la capital rebelde, pero se estima en torno a unos 40.000 hombres, aunque los chechenos colocan el número en 70.000. Según los rusos, la capital chechena la defendían unos 13.000 combatientes, pero a ellos hay que agregar los voluntarios que han entrado los últimos días de las zonas campesinas.

La aviación rusa bombardeó ayer la aldea de Arshtí, en la república fronteriza de Ingushetia. Como resultado pereció una mujer con sus tres hijas, y siete campesinos resultaron heridos. El presidente de Ingushetia, Ruslán Aushev, protestó oficialmente por la acción criminal rusa.

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