Israel y la OLP temen que la muerte de tres policías palestinos mine el proceso de paz
Autoridades israelíes y palestinas trataban ayer de impedir que la muerte de tres policías palestinos en un confuso enfrentamiento con tropas israelíes en Gaza la noche del lunes se convierta en el epitafio del proceso de paz. El más sangriento incidente entre israelíes y palestinos desde la entrada en vigor de la autonomía palestina, en mayo del año pasado, se ha sumado a otros factores inquietantes: el abrupto deterioro del diálogo a raíz de una disputa territorial cerca de Belén y la incertidumbre en tomo al plan para ampliar las facultades de la Autoridad Palestina en Cisjordania.
Coreando consignas contra Israel y Estados Unidos, por lo menos 2.000'enfurecidos palestinos se congregaron ayer en la mezquita de Al Qatiba, en Gaza, para asistir al funeral de los tres policías abatidos en la noche del lunes por balas de las tropas israelíes. El popurrí de consignas fue el más claro indicio de que seguidores de Al Fatah, la facción leal a Yasir Arafat, y militantes del Hamás se unieron, al menos momentáneamente, para denunciar lo que muchos palestinos perciben como una conspiración israelí.Los policías Tareq el Masri, de 22 años; Mohamed Sharif, de la misma edad; y Abdul Salam Ayid, de 24, fueron enterrados en medio de arengas a la lucha contra Israel y coros de ¡Alá Akbar! (Dios es grande), el grito de batalla de los musulmanes. Las circunstancias de esas muertes siguen siendo materia de contradicciones.
El Ejército israelí dijo que los soldados abrieron fuego al verse atacados desde un descampado cerca de un puesto militar no lejos de una estación de policía en la aldea de Beit Hanún. Según la versión oficial israelí, los soldados instaron a los policías palestinos a que dejaran de disparar y se rindieran. En medio del tiroteo, algunos soldados escucharon el grito de ¡Alá Akbar!, según esa versión.
Versiones contradictorias
La reconstrucción de los hechos, según la versión palestina, sostenía una historia totalmente diferente. "Los palestinos no abrieron fuego contra los israelíes", declaró el general Abul Razek Mayaida, uno de los comandantes en Beit Hanún. - "Los israelíes son totalmente responsables de lo que ocurrió. Nada puede justificar ese acto", añadió Nabil Abu Rdeina, uno de los portavoces de Arafat.
Tanto los israelíes como los palestinos han establecido comisiones de investigación, pero las conclusiones prometen ser diametralmente opuestas. El líder palestino, en una breve aparición durante los funerales, dijo que los tres policías deben ser honrados como todos los "mártires caídos en la marcha hacia el restablecimiento de Jerusalén como capital de la patria palestina".
Ahmad Tibi, uno de los principales asesores de Arafat, introdujo un elemento que promete complicar aún más las investigaciones: Dijo que uno de los tres policías no murió en acción, sino que fue acribillado en su cama. "Va a ser difícil aclarar el caso", comentó el comandante israelí en la zona, un oficial identificado solamente como "el coronel N" en declaraciones difundidas por Radio Israel.
Versiones periodísticas israelíes, mientras, sugirieron la posibilidad de que el tiroteo de la noche, del lunes pudo haber sido iniciado por terceras personas, quizás extremistas islámicos interesados en provocar un choque frontal entre Israel y la policía palestina.
Entretanto, decenas de manifestantes palestinos chocaron, con fuerzas israelíes cerca de Nablus en lo que se perfila como el inicio de una nueva disputa territorial en Cisjordania. Los palestinos de la aldea de Sekakeh protestaban por la instalación de una alambrada colocada recientemente por residentes del asentamiento judío de Ariel. No hubo víctimas, aunque tres activistas del movimiento palestino Al Fatali resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.
La policía palestina detuvo ayer a 10 israelíes en la franja de Gaza y difundió que se trataba de miembros de los servicios secretos. Israel desmintió este último extremo.
El movimiento radical islámico Hamás amenazó ayer con Vengar la muerte de los tres policías palestinos. En el Parlamento de Israel, un miembro de la oposición aseguró que un soldado isralelí fue ayer secuestrado en un barrio. de Jerusalén. El ministro de Exteriores israelí, Simón Peres, rechazó desde El Cairo comentar tales acusaciones.
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