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EL FUTURO DE LA U. E.

El fin de la recesión

Xavier Vidal-Folch

El semestre alemán ha certificado el fin de la recesión y el inicio de una potente recuperación económica en todos los países de la Unión, no solo basada, como en sus inicios, en el comercio exterior, sino también en la demanda interna. La previsión otoñal de crecimiento para final de año superaba el 2,6%.Se han echado las campanas al vuelo. Pero afirmando, con prudencia, la necesidad de continuar una política económica rigurosa orientada hacia una estabilidad duradera y una severa disciplina presupuestaria", como se concluyó en Essen. La consigna general es "no repetir los errores expansionistas de la década de los ochenta". Al recuperarse el crecimiento, la perspectiva de Ja moneda única trazada en Maastricht se ha hecho más creíble. Todos los Estados miembros han presentado sus respectivos programas de convergencia. Y se ha iniciado el control efectivo de los "déficit excesivos", principal prioridad de la política económica, entendida incluso como precondición para avanzar en la lucha contra el desempleo.

Esa condición es necesaria, pero insuficiente. Una nueva idea sobre el empleo se ha abierto paso: el crecimiento económico apalancado en el rigor presupuestario y monetario no bastará para domeñar el paro. Jacques Delors lo dijo en Essen. Sólo confiando en el crecimiento lineal, el número de parados se reducirá muy levemente, desde el actual 110/6 de la población activa al 7% en el año 2000. Ergo, se impone además emprender políticas activas de empleo. ¿Cuáles? La respuesta, en gran medida, queda pendiente.

También en el ámbito económico, la. presidencia logró la aprobación de las perspectivas financieras, de Edimburgo -bloqueadas hasta este otoño por Italia, por desacuerdo con las multas lácteas-, lo cual permite financiar el Fondo de Cohesión; fracasó en el enésimo intento de armonizar la imposición sobre el ahorro (por el veto de Luxemburgo); se resignó al suave abandono de la ecotasa sobre el dióxido de carbono, CO2, que sustituyera a las menores cargas de la Seguridad Social sobre el empleo, optando al final por dejar que cada país la introduzca "a la carta"; aprobó los comités de empresa europeos en las grandes compañías y coronó la adaptación de la UE a la Ronda Uruguay. Apenas aceleró la liberalización de las telecomunicaciones y dio pasos de tortuga en las redes transeuropeas de transporte: de 11 proyectos prioritarios se ha pasado a 14, pero su Financiación sigue siendo dudosa.

Su gran objetivo era acercar la UE a los ciudadanos. El convenio sobre el control de personas en el cruce de fronteras exteriores de la UE, que debe establecer un espacio sin fronteras exteriores, quedó atascado, al menos hasta la cumbre de Cannes, en junio próximo. El consuelo es que siete de los nueve países del acuerdo de Schengen abolirán desde marzo sus controles internos. Los trabajos sobre subsidiariedad y para una "estrategia global contra el racismo" han ofrecido resultados muy preliminares. ,

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