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Europa despide el año y recibe 1995 a los sones de Strauss

La Filarmónica de Viena suprimió la libre de entradas para evitar las mafias

Werner Resel, presidente de la orquesta, cree inevitable la reventa de localidades

Werner Resel, presidente de la Orquesta Filarffiónica de Viena des de 1987, es el rostro público elegido por los 152 músicos para luchar por ellos en los más difíciles conflictos, como . el sostenido con el Festival de Salzburgo. Resel, de, 52 años, que llegó a Austria huérfano desde Alemania en plena II Guerra Mundial, logró abrirse camino no solo como uno de los mejores solistas de violonchelo, sino también como el más duro negociador. El domingo, cuando se retransmita a todo el mundo vía satélite el concierto de Año Nuevo de la Orquesta, Filarmónica de Viena -que este año estará dirigido por' el indio Zubin Mehta-, crecerá nuevamente la mística al rededor del wienerklang, el dialecto, musical de la orquesta, que es una razón de Estado en Austria y la mejor embajadora en las ofensivas diplomáticas desde el imperio a la república.El concierto de Año Nuevo es. el acontecimiento musical que acapara más atención año tras año. Se estima en esta edición que entre 800 y 1.200 millones de personas lo seguirán por televisión, en directo o en diferido. Resel afirma que aunque el programa de valses, polcas, marchas y galops de este concierto es liviano, las preparación no resulta fácil. "Es justamente esta música la más difícil de transmitir al público, porque es liviana, divertida y exige una preparación larga e intensiva. Para el concierto del próximo domingo, en el que sólo tocamos durante 70 minutos, se han previsto un total de 10 horas de ensayos repartidos en cuatro sesiones".Versiones periodísticas señalan que el 60% de las entradas del concierto de Año Nuevo -que el día anterior, el 31 de diciembre, se ofrece para los socios de la Filarmónica de Viena- terminan en el mercado negro y se venden a precios de hasta 20.000 chelines (unas 240.000 pesetas). "Por la retrammisión vía satélite, el concierto tiene, un efecto multiplicador y cada' vez más gente lo quiere escuchar directamente en el Musikverein. Nosotros", afirma Werner Resel,. "consideramos la reventa como algo terrible, pero no podemos rastrear cada localidad".El presidente de la Orquesta Filarmónica de Viena explica que los abonados tienen derecho a dos entradas. "Antes, cuando la venta de localidades era abierta, se ha cian colas de carácter casi mafioso para comprar entradas. Clanes completos llegaban, pagaban el mínimo y después revendían en el mercado negro. Tuvimos que lla mar a la policía, porque incluso había cuchillos y otras armas. Desde entonces dijimos basta a la venta abierta de entradas".Werner Resel, niega que sea cierto que la orquesta ignore prácticamente la música contemporánea y que su repertorio esté integrado exclusivamente por música clásico-romántica, como dijo de ella el director del Festival de Salzburgo, Gérard Mortier. Interpretamos música del siglo XX, y si lo hacemos no ha sido por las presiones externa!. Si alguien pretende obligamos a hacer algo ha perdido de entrada la partida. Si ha habido algún tipo de presión ha sido desde el interior de la orquesta, por parte de los músicos jóvenes. Hay que tener cuidado de no exagerar, porque la Quinta de Beethoven no la hemos tocado desde hace seis años. De las 22 obras en los programas de los conciertos para el próximo ano, seis de ellas son música del siglo XX". El hecho de que la gran mayoría de los programas de sus conciertos la integren obras sin riesgos es, a juicio del presidente de la Filarmónica de Viena, una cuestión de supervivencia. "No hay que olvidar que vivimos de la venta de las entradas; debemos tener en consideración a nuestro público. La orquesta recibe sólo 2,5 millones de chelines [unos 30 millones de pesetas] anuales de subvención estatal. El presupuesto de un concierto sinfónico-coral con solistas es de tres millones de chelines. La gente debería saber esto y dejamos trabajar en paz". Las' heridas causadas por las críticas de Mortier a la Orquesta Fílarmónica de Viena todavía no han cicatrizado. "Fue un terrible golpe para la orquesta cómo nos trataron y como hablaron de nosotros frente a la opinión pública. Fuimos maltratados, nos llamaron vacas sagradasem-2 consetvadores y reaccionarios. Los músicos tenemos una memoria de elefante y recordamos lo bueno para toda la vida, pero también lo malo", asegura Resel. Helga Rábl-Stadler, la nueva presidenta del Festival de Salzburgo, ha manifestado públicamente que está al lado de la orquesta. "En Salzburgo no tienen ni idea de lo cerca que estuvimos de romper nuestra larga relación de 73 años con el festival. No me puedo imaginar que se repita un conflicto de esa naturaleza. Ahora hay paz absoluta", afirma el presidente de la Filarmónicá de Viena.

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¿Mujeres? Nunca

Los telespectadores que sigan el concierto de Año Nuévo, en directo o en diferido podrán comprobar, un año más, que la Filarmónica de Viena sigue, como a lo largo de sus 152 años de historia, sin una sola fémina entre sus filas, a pesar de las protestas de políticos y de grupos por la defensa, de los derechos civiles. "Hay que hablar de forma realista" dice Resel. "Trabajamos tan intensamente como si fuéramos dos orquestas sinfónicas. Esta es una profesión artística que necesita mucha práctica. Si una mujer tiene un hijo, está dos años de baja gracias a las leyes que la protegen. Si tiene dos hijos está cuatro años fuera, y con esas interrupciones no puéde mantener la misma calidad ártístíca. Eso no lo entienden algunas políticas. Nosotros conocemos la fórmula del éxito y ningún político nos va a ayudar cuando no lo tengamos".

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