Irritación de Arafat por el intento de extender una colonia judía en Cisjordania

A pesar de la promesa de suspender la construcción de un nuevo asentamiento judío sobre una colina al sur de Belén, en la Cisjordania ocupada, los tractores israelíes volvieron ayer a la carga contra los huertos de la aldea palestina de Al Jader. Como todos los palestinos, Yasir Arafat estaba furioso.El ministro de Exteriores israelí, Simón Peres, había comunicado personalmente al líder palestino la decisión de congelar la expansión de la colonia judía de Efrat hasta que se conociera el veredicto de autoridades judiciales el lunes. Pero horas después de esa conversación telefónica, los tractoristas israelíes seguían preparando el terreno para la creación de una nueva comunidad judía de 500 apartamentos en Cisjordania.

Se produjeron airadas protestas de decenas de palestinos que ondeaban banderas y coreaban consignas contra la ocupación en el mismo sitio donde disturbios que estallaron el martes dejaron un saldo de cinco heridos y decenas de detenciones el martes.

La ampliación de Efrat ha colocado nuevamente el proceso de paz en un punto delicado. Los palestinos insisten que se trata de una afrenta y, peor, un desafío al espíritu del acuerdo de paz firmado hace 15 meses en Washington. Arafat puede verse en apuros. Al Jader se ha convertido en el símbolo de la impotencia palestina frente a los planes expansionistas de los colonos judíos.

Arafat convocó reunión de emergencia de la plana mayor de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) con sede en Gaza. "Las negociación es con Israel no van a suspenderse por el momento", advirtió un dirigente palestino, "pero si continúa la política de asentamientos puede quedar destruido el proceso de paz".

Mientras portavoces oficiales israelíes dijeron que los trabajos de construcción continuarán mientras no exista una instrucción judicial clara al respecto. Los aldeanos de Al Jader insisten que tienen pruebas de propiedad de esos terrenos.