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Un informe de EE UU que minimiza el riesgo de los fumadores pasivos se falseó

La industria del tabaco falseó los datos de un informe de 1992 -en EE UU- en el que se aseguraba que el humo de segunda mano que aspiran los no fumadores es prácticamente inocuo, según la denuncia de tres trabajadores que colaboraron en la elaboración del estudio. El informe fue y es utilizado por las compañías tabaqueras como herramienta básica para tratar de impedir leyes estrictas sobre la prohibición de fumar en los lugares de trabajo.Henry Waxman, presidente del subcomité de Salud y Medio Ambiente de la Cámara de Representantes hasta el próximo 4 de enero, ha revelado los testimonios de tres antiguos empleados de HBI, la empresa que midió la pureza del aire en 585 edificios. Según estas personas, los datos recogidos han sufrido "alteraciones significativas en un 25% de las mediciones". HBI, que ha recibido en el pasado encargos millonarios por parte de la industria de tabaco para hacer estudios sobre pureza del aire en espacios cerrados, niega la manipulación fraudulenta. Pero los empleados ofrecen pruebas de más de 150 modificaciones: "ajustes" para reducir a la mitad la cantidad real de partículas en suspensión de humo de tabaco en ciertas oficinas, trasformación de los metros cuadrados de los espacios o invención de cifras, todo ello con el objetivo de disminuir la repercusión del humo en el medio ambiente.

De las pruebas aportadas, cree Waxman, hay que concluir que HBI podría haber intentado enganar al subcomité de la Cámara y haber difundido datos falsos que se manejan en juicios y debates legislativos. "La industria del tabaco se ha basado en este informe para discutir la necesidad de que haya normas más estrictas para limitar el humo del tabaco, y yo creo que la credibilidad de sus argumentos queda ahora en evidencia", dice Waxman.

En realidad, la denuncia de Waxman, demócrata de California, es el canto del cisne de su labor como principal azote de la industria del tabaco en el Capitolio. La mayoría republicana en las cámaras convierte en nuevo responsable de asuntos relacionados con la salud a Thomas Bliley, de Virginia, que no sólo financia parcialmente sus campañas electorales con dinero del lobby del tabaco, sino que es fumador de pipa. Bliley ya ha anticipado que defenderá a los trabajadores de la industria y que no cree que haga falta más legislación sobre el tabaco.

Prohibición en Nueva York

Al mismo tiempo, la caza del fumador se ha intensificado en la ciudad de Nueva York, donde la mayoría de restaurantes se transformarán a partir de ahora en autoridades policiales antitabaco. Desde la semana pasada, una serie de disposiciones adoptadas por el Ayuntamiento prohiben fumar cigarrillos en los restuarantes de más de 35 plazas, es decir, en el 80% de los restaurantes de esta ciudad, informa France Press.El departamento de Sanidad de Nueva York es muy claro al establecer las sanciones: el dueño del restaurante que infrinja la norma tendrá una multa de 100 a 200 dólares (entre 13.200 y 26.400 pesetas) la primera. vez. La penalización será del doble de esta cantidad por cada nueva violación.

La URHTA, una asociación constituida precisamente para luchar contra el proyecto de prohibición, ha señalado que para proteger a los no fumadores "se inflige un verdadero castigo a la tradición de hospitalidad de la ciudad de Nueva York".

La medida afectará también a la industria turística. La mayor parte de propietarios de restaurantes insisten en la dificultad que tendrán para imponer, especialmente a los estranjeros, unas reglas tan estrictas.

"No se trata dé que me convierta en un delincuente", comenta Frederick Lesort, un francés propietario de tres establecimientos de Manhattan que se declara no fumador. "Pero esta prohibición resulta ridícula en una ciudad en la que se puede uno drogar tan fácilmente".

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