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El hallazgo de los restos de Empuries obliga a revisar la colonización griega

El hallazgo de la antigua Palaiapolis (Ciudad Vieja) griega -datada 600 años antes de Cristo,- en Sant Martí d'Empúries, y su situación, además, sobre los restos de un poblado ibérico de la época del Bronce Final (siglo XII a VIII antes de Cristo) obligará a los arqueólogos a replantear por completo la historia de la colonización helénica en la península Ibérica. Así lo manifestaron ayer en rueda de prensa los responsables de los trabajos arqueológicos.

El jefe del Servicio de Arqueología de la Generalitat, Ramon Ten, y el director gerente del Organismo Autónomo del conjunto monumental de Empúries de la Diputación de Barcelona, Jordi Pardo, remarcaron la trascendencia del hallazgo, más por su dimensión histórica que por lo espectacular .de los restos encontrados. Las estructuras urbanas y el material cerámico -recipientes y vajilla de mesa- del primer asentamiento griego y los restos del poblado. ibérico construido con estructuras más débiles -elementos de arcilla y madera, hornos domésticos, pavimentos, cerámicas hechas a mano, y botones y anillos de bronce- han constatado lo que hasta ahora era una hipótesis documentada pero de la que se carecía de pruebas efectivas. El de la antigua isla de Sant Martí d'Empúries es, "ahora sin ningún género de dudas", el primer asentamiento griego de la península Ibérica, iniciado hacia el año 600 antes de Cristo. Los arqueólogos esperan aún nuevos hallazgos, cómo un templo dedicado a la diosa Artemisa, del que existen referencias documentadas.Por ello, aunque a diferente nivel, el descubrimiento de los restos arqueológicos fue comparado con el descubrimiento, en el año 1909, de la estatua de Esculapio, encontrada en el segundo asentamiento, Neápolis, donde los descendientes de los primeros colonizadores construyeron Ja ciudad griega que se encuentra en el conjunto monumental de las ruinas de Empúries.

Además, bajo los restos de la antigua Emporion la historia reservaba a los arqueólogos una segunda sorpresa: los restos de un poblado ibérico como los existentes con anterioridad a la llegada de los griegos: los llamados pueblos de campos de urnas, que datan de la época del Bronce Final. Según indicó Pardo, este descubrimiento obligará a replantear algunos aspectos de la investigación sobre esta etapa de la Historia en todo el Mediterráneo. Es la demostración de que la relación de los colonizadores griegos con los asentamientos indígeneas era mucho mayor de lo que se sospechaba.

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