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Los gibraltareños participarán en el grupo de trabajo creado para erradicar el tráfico ilícito

España y el Reino Unido anunciaron ayer la creación de un grupo de trabajo, en el que participarán los gibraltareños, que, a partir de enero, examinará las medidas a tomar para erradicar los tráficos ilícitos que se generan en la última colonia en territorio europeo. Éste fue el principal resultado de la novena ronda de conversaciones sobre Gibraltar celebrada entre los ministros de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, y británico, Douglas Hurd, y en la que se no registró ningún otro avance sobre la soberanía o sobre otros temas.

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Nadie quiere ser español

Antes de que el jefe de la diplomacia española abandonase Londres, el primier ministro, John Major, le recibió brevemente. Durante la audiencia le entregó una carta del presidente Felipe González en la que insiste en que se debe cumplir el compromiso pesquero de la Unión Europea (UE) con España. Solana llegó a Londres el lunes por la noche, se alojó y cenó, en Chevening, la residencia campestre de su homólogo, con el que ayer por la mañana mantuvo una sesión de trabajo.Fue un toma y daca. Hace cinco días, cuando se iba acercando la visita ministerial a Londres, las autoridades españolas suspendieron, según reveló Solana, los estrictos controles policial y aduanero instaurados a la salida de Gibraltar. Introducida el 26 de octubre la medida servía, en teoría, para entorpecer el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas que, sin embargo, no suele efectuarse a través de La Verja que separa a la colonia de España, sino por mar, con embarcaciones matriculadas en Gibraltar.

A cambio de la suspensión de los controles, que dañaban a la economía gibraltareña, Hurd firmó un comunicado conjunto con su anfitrión en el que reconoce "la existencia de tráficos ilícitos, en particular de drogas, en la zona de Gibraltar". Ambos ministros coinciden además "en la necesidad de establecer un mecanismo efectivo, que incluya a las autoridades locales competentes, para mejorar las consultas y la cooperación" contra esos tráficos.

Buena voluntad

En la delegación ministerial española se cree que el grado de colaboración gibraltareño con este grupo será revelador de la disposición del ministro principal de la colonia, Joe Bossano, para acabar con una importante pero ilegal fuente de ingresos. De su buena voluntad dependerá que España acepte estudiar el proyecto de Bossano de transformar al Peñón en un paraíso fiscal en el seno de la UE al estilo de las islas británicas del canal de la Mancha.

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El texto del comunicado no menciona el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, que también se efectúa en el Peñón, según denuncia España. Tampoco evoca la revindicación española de recuperar paulatinamente la soberanía del territorio. Solana reconoció que en esa materia "no se ha avanzado mucho", aunque "hemos reflexionado e intercambiado ideas con gran profundidad" que, espera, no tarden en fructificar.

El ministro español hizo estos comentarios en una rueda de prensa que preparó en la embajada, tras despedirse de Hurd, durante 50 minutos, y en la que empleó seis veces la palabra "frontera" para referirse a la línea de demarcación entre la colonia y España. El término era hasta hace poco tabú en boca de los diplomáticos españoles que debían hablar. de La Verja o de la línea divisoria. "Fue un lapsus", explicó después uno de sus colaboradores.

Hurd, que declinó la sugerencia española de dar una conferencia de prensa conjunta, contradijo a Solana cuando se dirigió a los periodistas. "Más que hablar de temas abstractos hemos hablado de temas prácticos", afirmó. El asunto "de la soberanía no se ha tratado en substancia". "Hay ideas españolas y de Bossano pero no fueron discutidas". Se mostró, sin embargo, dispuesto a tomarlas en consideración "siempre y cuando sean realistas y se sitúen en el marco del Tratado de Utrecht", entre España y el Reino Unido, descartando así que los gibraltereños puedan autodeterminarse.

En Londres, ayer, ni tan siquiera se han registrado avances en otros temas menores como la utilización conjunta del aeropuerto gibraltareño, pendiente desde 1988, o el contencioso sobre la incorporación del Peñón al convenio sobre fronteras externas de la UE que impide la entrada en vigor de este acuerdo entre los Doce.

Durante la anterior ronda negociadora, hace 20 meses, Hurd dejó caer la posibilidad de elaborar una nueva Constitución para la colonia -la actual es de 1969- en cuya redacción estaría asociada España. ¿Repitió la sugerencia esta vez? Solana no contestó.

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