Berlusconi insta a la "revuelta moral"
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, desafió ayer peligrosamente la Constitución cuando, con la indignación de quien no admite réplica ni duda sobre sus afirmaciones, apeló a una "revuelta moral" y anunció que muchos italianos "desfilarán durante horas y horas", si "se confirma el engaño antidemocrático" que para él representa la moción de censura que amenaza a su Gobierno. Como objetivo de las protestas, Berlusconi aludió vagamente a la convocatoria de nuevas elecciones, decisión que compete sólo al presidente de la república.
Berlusconi ha confirmado así su determinación de oponer las masas al veredicto del Parlamento, introduciendo un elemento plebiscitario en el desarrollo constitucional de la crisis. Es sabido que Oscar Luigi Scalfaro, el jefe del Estado, se declaró hace días poco partidario de disolver las cámaras y convocar elecciones, al tiempo que recordó que, según la Constitución italiana, el presidente de la república tiene la facultad de sondear la posibilidad de que se creen otras mayorías alternativas a la censurada, e incluso la de designar un Gobierno suyo basado en un amplio acuerdo parlamentario.La oposición promueve este último tipo de alternativa, con el objetivo de que se reforme la ley electoral antes de celebrar nuevas elecciones. Forza Italia y Alianza Nacional exigen, en caso de que caiga el Gobierno, elecciones inmediatas, seguras de que la Liga Norte saldría destrozada de las urnas y ellos como vencedores. Porque disiente de este planteamiento, el jefe del Estado ha sido atacado e insultado recientemente por miembros del Gobierno. Berlusconi sostiene que esta propuesta es la única coherente con "el espíritu" del sistema electoral mayoritario que los italianos estrenaron el pasado mes de marzo.
Las primeras reacciones al discurso de ayer de Berlusconi fueron de alarma. "Hemos llegado a la llamada a la insurrección en directo por televisión", afirmó el diputado comunista Giuseppe Giulietti. "En este difícil momento para el país, es esencial que se garantice la corrección y el pluralismo de la información", fue cuanto dijo el portavoz de los diputados progresistas, Luigi Berlinguer.
Desmelene mitinero
El portavoz aludía al hecho de que el mensaje de Berlusconi fuera transmitido íntegramente y en directo por una de las cadenas televisivas del primer ministro desde el teatro de Milán donde Berlusconi fue aclamado por su seguidores, mientras que las televisiones estatales emitían también íntegramente otra versión grabada en tono institucional, y sin el desmelene mitinero de la versión en directo, del mismo mensaje.Las manifestaciones de apoyo a Berlusconi proseguirán hasta que éste intervenga en el Parlamento el próximo miércoles, y, a tenor de lo anunciado ayer, arreciarán en el caso de que el Gobierno sea censurado en el voto previsto para el jueves o el viernes.
Roberto Maroni, ministro del Interior y número dos de Umberto Bossi, al que le unen 16 años de amistad y trabajo político, introdujo ayer un elemento de incertidumbre sobre el resultado de ese voto, al ponerse al frente de los rebeldes de la Liga Norte que no rechazan la moción de censura contra el Gobierno de Berlusconi propuesta por su jefe.
"No votaré la censura a este Gobierno, ni dimitiré a menos que me lo pida la Liga. Evitar la ruptura merece todos los esfuerzos y todos los sacrificios, porque esa ruptura significaría un desastre para la Liga y para el Gobierno", dijo Maroni, tras constatar que un sector de su partido "disiente de la secretaría y piensa que no se puede crear una mayoría distinta de la actual".
Objetivamente, la declaración de Maroni significó, a primera hora de la tarde de ayer, un impulso importante para el sector disidente de la Liga, dirigido hasta entonces por Marcello Staglieno, vicepresidente del Senado, quien había afirmado previamente que su sector incluía ya a más de 80 parlamentarios. Pero la Liga anunció enseguida que más de 60 de sus diputados habían firmado ya la moción. "Tenemos los votos necesarios para hacer caer al Gobierno", aseguró un portavoz del partido.
De hecho, la moción conjunta de censura de la Liga y el Partido Popular Italiano fue presentada formalmente anoche en la Cámara, mientras los Ministros de Bossi, incluido Maroni, firmaban una carta de dimisión que se hará efectiva el miércoles en cuanto se inicie el debate parlamentario. Todo ello indica que el Parlamento aprobará la censura, dando paso a la gestión de una crisis que inevitablemente tendrá el carácter del enfrentamiento abierto anunciado por Berlusconi.
Por otra parte, los jueces del tribunal de Nápoles revocaron ayer la orden de prisión cautelar contra el antiguo ex ministro liberal de Sanidad Francesco de Lorenzo, por el delicado estado de salud física y mental en el que se encuentra, informa Efe. Los magistrados tomaron la decisión después de que se hubiera realizado a De Lorenzo una nueva pericia médica. La medida no supone su excarcelación inmediata, ya que tiene pendiente una segunda orden de prisión cautelar.
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