Biblioteca de la Cámara de Comercio

Como asiduo lector de la biblioteca que la Cámara de Comercio de Madrid tiene en la céntrica Puerta de Alcalá, y beneficiario como soy tanto de su sala de lectura como de la consulta tan grata de los fondos históricos de que dispone, paso a exponer un asunto que con el tiempo pudiera ir tan lejos que diera al traste con el servicio tan rico que ofrece una biblioteca de semejante prestigio.Observo, cada vez con mayor frecuencia, el cierre de las salas de lectura, que llevan a transformar esta antigua biblioteca en salón de recepciones para celebración de cócteles y similares, en detrimento, primero, de la propia instalación, y segundo, de nosotros los usuarios, a los que no nos permiten acceder a dicha sala, teniendo que aplazar el estudio para otra ocasión.

¿Cabe imaginar, acaso, el hacer uso de los salones del Museo del Prado para tomar un café, un tentempié, fumar y dialogar ante un velázquez, un goya, un rubens?

Bueno, éste es un caso similar que quizá no guarde tesoros tan gráficos como los que se hospedan en los museos; pero sus libros e instalaciones merecen mayor respeto por parte de la propia cámara. Con esta queja constructiva me gustaría llevar a la reflexión a los responsables de estas decisiones a. fin de que algo tan valioso perdure para beneficio de todos los madrileños.-