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GUERRA EN EL CÁUCASO

Un general ruso detiene su columna de blindados y se niega a avanzar hacia la capital de Chechenia

Pilar Bonet

En un ambiente de incertidumbre, el presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, dio ayer orden a sus tropas de retroceder un kilómetro y declarar un alto el fuego, excepto en el caso de que fueran atacadas. Mientras tanto, en una aldea situada a 35 kilómetros al oeste de Grozni, un general ruso se negaba a seguir avanzando hacia la capital de la república rebelde del Cáucaso por considerarlo "anticonstitucional". El general Iván Bábichev detuvo en Novo-Shurvói su columna de blindados y, ante una multitud compuesta principalmente por mujeres y ancianos, anunció que no seguría hacia Grozni.

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"Ellos [los dirigentes rusos] pueden condenarnos, pero no dispararemos, no utilizaremos los tanques contra la gente. No seguiremos adelante", declaró Bábichev ante el millar de aldeanos reunidos. Es el primer general que se niega abiertamente a cumplir las órdenes de Moscú.Mientras tanto, en Grozni, algunos de sus habitantes, aprovecharon ayer la relativa calma del día para regresar a la capital desde las aldeas chechenas donde se habían refugiado cuando comenzó el avance de las tropas rusas. No volvían para quedarse sino para recoger sus últimos bártulos y huir aún más lejos, fuera de los confines de la república, temerosos de un trágico desenlace final. La estancia en el campo les había convencido de que no hay lugar seguro en Chechenia.

Esta corresponsal fue ayer testigo de uno de estos breves regresos en la casa de la familia acomodada de un ex alto funcionario estatal, simpatizante con la oposición a Dudáiev. El estado de ánimo en este hogar checheno, dotado de calefacción y agua caliente particular, era pesimista. El cabeza de familia, un ex jefe de la policía que se negó a cooperar con Dudáiev, consideraba que las acciones rusas, comenzando con el intento de tomar Grozni con ayuda de los tanques el 26 de noviembre, han conseguido reforzar la posición del presidente cuando éste perdía popularidad.

Pueblo aglutinado

Esta tesis fue confirmada ayer a EL PAÍS por el vicepresidente de Chechenia, el escritor Zelimján Yandarbíyev, según el cual "el pueblo se ha aglutinado en torno al presidente". En un despacho oscuro del octavo piso del Palacio Presidencial, donde antes estuviera la sede del Partido Comunista checheno, Yandarbíyev, en traje militar tocado con una papaja (gorro de astracán), admitía que esto era antes un "gran problema". Todo el Cáucaso se ha aglutinado también en torno a la idea independentista chechena, afirmaba.

Junto con la declaración de alto el fuego por parte del general Dudáiev, desde Moscú, llegaban algunos indicios de que tal vez haya todavía alguna esperanza de resolución pacífica del conflicto, aun cuando ello pudiera tener consecuencias desastrosas para Yeltsin. Si éste no encuentra una fórmula adecuada para salvar la cara, lo que ya resulta un tanto difícil dada la existencia de víctimas y la envergadura de la operación emprendida, la más importante desde la guerra de Afganistán.

El número de víctimas chechenas es del orden de las 80 o 90, dijo Yandarbíyev, quien asegura que hay entre 60 y 70 muertos civiles -sobre todo en la aldea de Pervomáyskoye, un antiguo asentamiento cosaco donde la mayoría de los habitantes son los que hay que añadir rusos-, a una veintena de bajas entre los militares. A última hora de ayer se registró una explosión en unas instalaciones petrolíferas al norte de Grozni, en el fronterizo territorio de Ingushetia.

Dudáiev anunció ayer: "En ningún caso pensamos desarmarnos. No hemos creado unas fuerzas armadas para eso". Yandarbíyev, por su parte, afirmaba no estar dispuesto a renunciar a la independencia: "Bajo el techo de alguien no se puede tener independencia. Podemos estar al lado o podemos estar vinculados. Esto es posible, pero debe decidirse en negociaciones".

Mientras tanto, las autoridades rusas han alertado a los periodistas que cubren la información sobre el conflicto checheno sobre los riesgos que corren permaneciendo en Grozni. Al mismo tiempo, han dejado de entregar acreditaciones a los informadores que intentan trasladarse a Chechenia.

[Por otro lado, el general del 140 Ejército ruso, estacionado en Moldavia, Alexandr Lébed, criticó ayer el despliegue militar de Moscú en Chechenia, informa la agencia France Presse. "Ni yo ni mi Estado Mayor hemos sido informados sobre lo que ocurre en Chechenia (...) pero en tanto que general sólo puedo desaprobar una intervención tan caótica", afirmó Lébed. En su opinión, "es imposible obtener una victoria rápida".]

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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