Psicosis terrorista en las calles de Moscú'
El temor a eventuales actos terroristas por parte de los chechenos, grupo que controla una parte importante de la mafia que opera en Moscú, ha obligado a las autoridades a tomar medidas de seguridad sin precedentes en la capital rusa. La policía ha reforzado los controles en las calles y en el metro, donde los agentes vigilan los vagones e inspeccionan las estaciones en busca de posibles bombas.Precisamente una amenaza de bomba impidió ayer que Tipper -la esposa del vicepresidente norteamericano, Albert Gore, que se encuentra en visita oficial en Rusia-, fuera a una escuela moscovita, que tuvo que ser evacuada.
La tensión en la capital rusa es grande y se refleja en los constantes llamamientos que se hacen en él metro por los altavoces para que los pasajeros no olviden paquetes ni maletas. Si alguien ve algún objeto sospechoso en las estaciones o vagones, debe avisar a la policía.
Por la noche, patrullas armadas controlan las calles, comprobando la documentación de los automovilistas. Se registran los coches en busca de armas. Por ello, la noche de Moscú parece ahora mucho más desierta que de costumbre y los numerosos quioscos que antes permanecían abiertos las 24 horas cierran, en su mayoría, a medianoche.
Los únicos que se han visto favorecidos por este clima de temor al terrorismo son los escolares, pues las vacaciones de invierno han sido adelantadas en una semana. Aunque oficialmente no se ha dado razón para esta medida.
Los perdedores son, naturalmente, los morenos, que se han convertido sin distingo en terroristas potenciales. La policía, como ya ocurrió en los días que siguieron al bombardeo al Parlamento en 1993, se está aprovechando de la situación para deportar a todos los que no tienen un permiso especial de residencia en la capital exigido por la municipalidad de Moscú.
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