Conato de rebelión de los diputados conservadores franceses contra las leyes anticorrupción de Balladur
Al Parlamento francés no le ha gustado el paquete de medidas contra la corrupción presentado por el Gobierno conservador de Édouard Balladur. Las leyes van aprobándose, pero cada una de ellas levanta críticas y se vota a regañadientes. En la madrugada de ayer, miércoles, hubo incluso un conato de rebelión en los escaños conservadores contra la limitación de los gastos electorales, evitada por los pelos gracias a una insólita alianza de los diputados fieles al Gobierno y de los diputados socialistas, y a una arenga del ministro del Interior, Charles Pasqua. Aún así, la reducción de gastos electorales se quedó en un 30%, en lugar del 50% previsto en el proyecto de ley. La prohibición impuesta sobre los donativos de las empresas a los partidos, nudo de las leyes anticorrupción, se aprobó según lo previsto.
La madrugada del lunes al martes fue tormentosa en la Asamblea. "¿Qué mosca nos ha picado para querer legislar precipitadamente bajo la presión dictatorial de los medios de comunicación?", se preguntó el gaullista Pierre-Rémy Houssin.
Sacrificios de purificación
"Tengo la impresión de formar parte de una tribu cuyos jefes proceden regularmente a hacer sacrificios de purificación", proclamó Eric Doligé, otro diputado gaullista. "No estamos haciendo leyes ni derecho, sino política. Esta noche estamos redactando un comunicado de prensa. Nosotros mismos nos hemos colocado en esta situación, y ya no podemos elegir", resumió Xavier de Roux, diputado de la coalición conservadora Unión para la Democracia Francesa (UDF).Los diputados gaullistas y de la UDF, apoyados por los comunistas, centraban sus protestas en las prisas impuestas por el Gobierno de Balladur (que quiere anunciar su candidatura a la presidencia, en enero, con el bagaje de las leyes anticorrupción) y la "demagogia", de alguna de las leyes. La más criticada fue la que imponía límites a los gastos electorales. "Cuánto más se limita el gasto en campaña, más fácil es, para quien ocupa el cargo, conseguir la reelección", opinó el gaullista Yves Chamard. "La limitación de gastos perjudica al pluralismo", señaló a su vez el comunista Jacques Brunhes, "porque daña más a las formaciones pequeñas que a los candidatos con fortuna personal. Es crear la campaña a dos velocidades".
El ministro del Interior, Charles Pasqua, tuvo que moderar el contenido del proyecto, apelar al idealismo de sus propios diputados ("el dinero no es lo más importante", dijo, "porque el carisma y el proyecto político son insustituibles") y pedir una segunda votación para, con el insólito apoyo de la oposición socialista, sacar adelante la ley de ahorro en las campañas electorales. Durante la noche de ayer debían debatirse los proyectos sobre control del patrimonio personal de los políticos y sobre transparencia de los mercados públicos. El paquete de medidas anticorrupción pasará luego al Senado.
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