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Crítica:POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Recorriendo el dial

Ellas mismas han explicado el porqué del nombre: mama, porque todas son o serán madres, y zap, porque practican diferentes géneros musicales, saltando de uno a otro como quien maneja el mando a distancia de un televisor. Un concierto de Zap Mama es un recorrido por un imaginario dial radiofónico que permitiría escuchar coros de pigmeos, canciones sirias o indias, cánticos de los aborígenes australianos, gospel, homenajes a James Brown e incluso, como en esta ocasión, una obra anónima española del siglo XVI. Todo a capela, es decir, sin acompañamiento instrumental.Zap Mama son voces, todo lo más con acompañamiento de palmas, algún que otro pandero y un par de vasijas como recursos añadidos. En los carteles pegados por la ciudad se anunciaban como "pop africano a capela". Hay que ver cómo afinan últimamente con las definiciones. La fundadora del grupo, Marie Daulne, prefiere hablar de soul étnico con espíritu reggae. Tampoco está mal como explicación a la música de estas cinco afroeuropeas, como las ha denominado David Byrne -responsable de la edición de sus grabaciones en el mercado estadounidense-, que ganan enteros en directo por su sentido del espectáculo; mezcla de teatro, mimo, danza y hasta volteretas circenses. Especialmente feliz es el número donde aparentan estar conduciendo un automóvil y terminan en simulacro vocal y luminoso de una ambulancia.

Zap Mama

Marie Daulne, Sabine Kabongo, Sylvie Nawasadio, Sally Nyolo y Marie Afonso (voces). Sala Caracol. Madrid, 13 de diciembre.

Con un pañuelo de más o de menos en la cabeza, cimbrean la cintura por una calle de Harlem, se recogen ante un templo de Benarés, o caminan por la selva africana entre el arrullo de los pájaros tropicales. Pero no se trata de un viaje turístico organizado por algún mayorista. Sus canciones hablan de niños y mujeres maltratados, del racismo imperante, aunque también del placer de compartir la vida alrededor de un té.

Su segundo disco, Sabsylma, sigue encaramado en las listas de músicas étnicas de Estados Unidos; llevan vendidos cerca de 400.000 ejemplares de sus dos primeros álbumes y han sufrido recientemente cambios en el plantel: Cecilia Kankonda y Marie Cavenaille han dejado sus lugares a una camerunesa, Sally Nyolo, y a la portuguesa Marie Afonso, que le dan mayor cohesión al quinteto.

Hay muchas horas de trabajo tras sus juegos vocales; sus elaboradas polifonías y certeras poliritmias no se improvisan. Han conseguido unos timbres bonitos que conjugan con talento percusivo y, en directo, resultan divertidas. Sólo falta un poquito de sentimiento y será estupendo.

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