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Dalí vuelve a la Residencia de Estudiantes

Un libro y tres conferencias recuperan la vida del pintor en Madrid

Amelia Castilla

La Residencia de Estudiantes que conoció Salvador Dalí aún conserva intacto el jardín de las adelfas. Su habitación, la número 3 de la planta baja, ha sufrido tantas reformas como el edificio. Ayer, 68 años después de que el pintor fuera expulsado de la Escuela de la Academia de Bellas Artes, el pintor regresó a la Residencia de la mano de sus amigos. Pepín Bello ha cumplido los 90 años, pero no quiso perderse la presentación del libro Dalí, época de Madrid, del historiador Rafael Santos Torroella, experto en la obra del pintor.

Gustavo Suárez Pertierra, ministro de Educación y presidente de la Fundación Residencia de Estudiantes, presentó ayer el volumen que precede a un ciclo de tres conferencias a cargo de especialistas de arte contemporáneo. La época madrileña de Dalí se circunscribe a los años que van desde finales de 1922 hasta mediados de 1926. Es decir, desde su Ingreso en la Residencia de Estudiantes y en la Escuela de la Academia de Bellas Artes, de Madrid, hasta su definitiva expulsión. El libro se estructura en cuatro apartados valorados por Santos Torroella como los cuatro principios genéticos dalinianos: la familia, Anna María (serie monotemática compuesta por 12 cuadros dedicados a la figura de su hermana), la serie cubista y composición con tres figuras.Dali, época de Madrid se inicia con su llegada a Residencia de Estudiantes acompañado de su padre y su hermana. Dalí acababa de cumplir 18 años y ya había pintado la mayor parte de los 80 cuadros que se calculan corresponden a su periodo juvenil. En la Residencia vivían sus mejores amigos: Pepín Bello, Luis Buñuel y Federico García Lorca, que lo retratan en el libro como "un muchacho taciturno y distante, tímido y y retraído hasta la exageración". Lo contrario del adolescente alegre y revoltoso que había sido hasta entonces en Figueres.

El volumen, que cuenta con 35 ilustraciones, incluye anécdotas sobre su vida como la de la tarde en la que Pepín Bello, el más extravertido de sus compañeros, descubrió su obra pictórica. El propio pintor describió así aquel momento: "Un día en que me hallaba fuera, la camarera dejó mi puerta abierta y Pepín Bello vio, al pasar, mis dos pinturas cubistas. No pudo esperar a divulgar tal descubrimiento a los miembros del grupo. Éstos me conocían de vista y aún me hacían blanco de su cáustico humor. Me llamaban el músico, o el artista, o el polaco".

El libro y las conferencias se ilustran con una exposición documental. En tres vitrinas se guardan algunos de los libros y publicaciones de: los que habla Santos Torroella, como la revista italiana Valori Platici; la primera edición española de uno de los libros de cabecera del pintor, La interpretación de los sueños de Freud, y un artículo de Moreno Villa en la Revista de Occidente sobre la participación de Dalí en la primera exposición de artistas ibéricos en 1.925. Están también las cartas que Dalí envió a su amigo Federico o la misiva en la que Salvador cuenta a su tía Catalina y a su hermana por qué lo expulsaron de la Academia, fotografías de la época y un dibujo original, Escena de burdel con imagen doble, de la colección Santos Torroella.

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