Michel Petricciani: "Me encantaría grabar un disco con Tina Turner"

A lo largo del mes de noviembre Michel Petrucciani, de 31 años, ha realizado una gran gira por su país natal, Francia, alternando conciertos junto a The Graffiti String Quartet con recitales de piano solo. En esta última modalidad se le podrá ver hoy en Madrid en la clausura de la XV edición del Festival de Jazz.Considerado uno de los mejores pianistas europeos y también miembro fi o de la élite mundial, para grabar Marvellous, su disco de estreno con Dreyfus -un pequeño pero ambicioso sello francés-, se encerró en el estudio con un cuarteto de cuerda y con una lujosísima sección rítmica integrada por Dave Holland y Tony Williams, dos antiguos colaboradores de Miles Davis.

"Procuré hacer", aclara, "algo totalmente diferente a lo que había intentado hasta ese momento. Ahora que he alcanzado un estilo propio, disfruto moviéndome sobre fondos cambiantes y creando texturas contrastadas a partir de ingredientes variados. La idea en Marvellous era tender un puente entre la frágil dulzura de las cuerdas y la energía del trío representada en la batería de Williams. La firme tersura rítmica que Holland sabe extraer de su contrabajo facilitó esa conexión y me dejó plena libertad para concentrarme en mi propio discurso".

Su nuevo disco, titulado Conférence de presse, grabado en la intimidad de un club parisiense a dúo con el organista Eddy Louiss, otro grande del jazz europeo, culmina un capítulo importante de un relato artístico riguroso pero imprevisible- "En realidad me gusta todo tipo de música", afirma Petrucciani. "Para mí, el rock, el jazz, el rap y los demás géneros no ocupan compartimentos separados sino que forman parte de un mismo mundo estético que no pienso restringir. Procuro reflejar esta filosofia cuando compongo, aunque reconozco que no escribo con facilidad. Mis partituras surgen de mis recuerdos: forman una especie de álbum familiar".

Cuando se le pregunta con qué cantante le gustaría colaborar en el futuro, el pianista adopta un gesto entre ensoñador y pícaro, repasa mentalmente y, tras tomarse su tiempo, lanza un nombre inesperado: Tina Turner.