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Se necesita un crimen: macho o hembra

El ex ministro Carlos Solchaga fue, hasta ahora, el último en desmentir, ayer, el timo de las exenciones fiscales de la Corporación Industrial como coartada para el pago de 600 millones de pesetas en agosto de 1990 a la sociedad Argentia Trust, Saint Vincent, a través de la cuenta número 225 del European Banking Corp, Zurich. Tanto Mario Conde como Carlos Solchaga han mencionado que el asunto de los beneficios fiscales llegó al presidente del Gobierno, Felipe González, ya que el ex banquero, en efecto, le expresó, en una entrevista celebrada en diciembre de 1989 su preocupación por el asunto. ¿Puede haber mejor candidato que el juez Miguel Moreiras para citar a Felipe González? Bromas aparte, hay que decir que el juez ha logrado desmontar buena parte de las fábulas de esta historia y que se ha situado en condiciones de actuar, aunque no sea más que por el dinero que se ha evaporado y por las contradicciones de Conde."Lo más parecido que tengo a un plan es sacar a relucir cualquier trapo sucio, todos los trapos sucios que puedan inculpar a los demás y utilizarlos plenamente. Puede que ponga un anuncio: 'Se necesita un crimen: macho o hembra...'". Esto no lo dice Conde sino el detective de la novela Cosecha Roja, de Hammett, al desencadenar la batalla de dos bandas rivales en Poisonville (Ciudad Venenosa), como llamaban a Personville. Pero ilustra las tácticas de Conde.

Fuentes del entorno del ex banquero difundieron a primeros de abril de 1994 la noticia de que Argentia Trust había cobrado 600 millones por gestionar las exenciones fiscales para la Corporacion Industrial. La administración provisional de Alfredo Sáenz había conocido precisamente

por aquellos días la factura de Argentia Trust. La versión vinculaba a la citada sociedad con Antonio Navalón, un ex asesor de Conde.

Más tarde, a finales de junio, al iniciar su campaña de retorno, el propio Conde, sin vincular Argentia con Navalón, dijo que Banesto había pagado 600 millones a una sociedad para vencer el clima político creado por Solchaga contra la concesión: de exenciones fiscales a la Corporación.

En su declaración ante el juez Moreiras, el 18 de octubre pasado, Conde explicó que la cifra pactada había sido de 600 millones, entre otros motivos, porque "se habían solicitado las exenciones sobre 275.000 millones y únicamente las concedieron sobre 135.000 millones".

Del punto anterior, se deriva a la política. Tanto José María Benegas, ex secretario de Organización del partido Socialista en la época de los hechos, como Solchaga niegan haber mantenido conversaciones sobre el asunto de las exenciones fiscales. Otra cosa es que, como declaró Benegas, él se hubiese reunido para hablar con Conde sobre el asunto, y el proyecto de la Corporación Industrial. Sobre este encuentre, Conde dijo al juez que no recordaba "de quien partió la iniciativa para la entrevista con el Sr. Benegas". El móvil sucio de la política, que Conde insinuó ante los medios de comunicación y del que abjuró después ante Moreiras, es una segunda falsedad.

El ex presidente dijo a Moreiras, también, "que ordenó pagar los 600 millones tras elevar consultas con la comisión ejecutiva de Banesto y cree. que informó de ello al consejo". Tercera falsedad. El acta de la comisión ejecutiva de 10 de julio de 1990, que según una nota mecanografiada autoriza la orden de pago, el 11 de julio de 1990, no tiene referencia alguna a la citada operación. El acta del consejo de administración del mes de julio de 1990 y las subsiguientes tampoco contienen referencia alguna. No es de extrañar. Todos los consejeros que declararon ante la comisión Banesto del Congreso y ante el juez Moreiras coinciden: el tema no fue informado ni en comisión ejecutiva ni en el consejo (declaraciones de Arturo Romaní, Juan Belloso, Enrique Lasarte, y Rafael Pérez Escolar).

Conde, pues, se echó el dogal al cuello cuando se planteó la necesidad, como diría el detective de Hammett, de hallar un crimen, la pasada primavera, e intentó involucrar a Navalón, por sus relaciones de amistad personal con Benegas, en esta historia. Si el juez Moreiras renuncia a citar a Felipe González, ya tiene todos los elementos para saber qué debe hacer.

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