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Una nueva revuelta de diputados 'euroescépticos' debilita a John Major

Un revuelta de diputados euroescépticos fue aparentemente derrotada ayer por el aparato del Partido Conservador. Pese a que los votos de los unionistas del Ulster aseguran prácticamente el triunfo del Gobierno de John Major en la votación del nuevo presupuesto europeo, prevista para mañana, el coste de este triunfo puede ser demasiado caro para un partido desgastado 31 profundamente dividido.El viernes, la diputada Teresa Gorman, conspicua eurorebelde, dejó atónito al Parlamento al revelar que altos cargos del partido le habían amenazado con desposeerla de su cargo si votaba en Contra del presupuesto que prevé un aumento de la contribución británica a las arcas de Bruselas.

Según varios parlamentarios tories, el propio cuartel general del partido ha desarrollado una febril actividad en las últimas horas enviando cartas a las distintas circunscripciones electorales, con órdenes concretas para que retiren el apoyo a aquellos candidatos que voten en contra de la ley. El grado de descontento entre los euroescépticos rebeldes era ayer enorme. Muchos acusaban al Gobierno de utilizar tácticas de estilo nazi.

Por si acaso, y en un intento de limar asperezas con la derecha del partido, el ministro de Hacienda, Kenneth Clarke, que será el encargado de defender el proyecto de ley ante la Cámara de los Comunes, basará su discurso en el firme compromiso del Gobierno del que forma parte de erradicar el fraude en las instituciones europeas. Incluso, y quizás ante la amenaza de una política europea más clara por parte del Partido Laborista, el Gobierno de John Major empieza a mostrarse menos reacio a la convocatoria de un referéndum sobre una mayor integración del Reino Unido en Europa.

El propio ministro de Exteriores, Douglas Hurd, insinuó, a través de la radio, que el Gobierno de Major no descartaba la posibilidad. Si bien el equilibrio de fuerzas parece ahora inclinarse claramente del lado del Gobierno -que ha amenazado con dimitir en bloque si el proyecto de ley no saliera adelante- la magnitud del descontento en la filas tories es creciente. La división queda nítidamente reflejada en el ajustado resultado que permitió a Marcus Fox, líder del influyente Comité 1922 y sumamente próximo al primer ministro, mantenerse en su puesto, frente al candidato de la oposición, Nicholas Bonsor. Sólo 29 votos alejaron a Bonsor de la presidencia de un comité de parlamentarios conservadores en el que se cuecen buena parte de las decisiones del grupo. El diario Daily Mail publicaba ayer los porcentajes de una votación que ha sido vista por el equipo de Major como una amenaza.

La posibilidad de desbancar a John Major (le Downing Street anunciada por un sector del partido, parece remota. Resulta difícil en estos momentos que los abanderados de esta causa encuentren los 34 votos que necesitan para apoyar su moción.

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