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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Banco de pruebas

En 1980, cuando Michelangelo Antonioni presentó en Venecia El misterio de Oberwald, confesó que haber elegido una obra teatral no precisamente original, El águila de dos cabezas, de Jean Cocteau, era una operación premeditada. Su elección estaba motivada por las facilidades que le daba la obra, de evidente cariz melodramático. De esa forma, razonaba Antonioni, podía dedicarse a lo que más le interesaba: manipular la filmación, íntegramente realizada en vídeo, en una mesa de edición para trabajar en la búsqueda de una identidad entre las mezclas de color y el estado de ánimo de los personajes. Una investigación formal, venía a decir el gran cineasta, se podía hacer mejor partiendo de una historia convencional que preocupándose minuciosamente por el juego de los actores.La anécdota viene ahora a la cabeza a la luz de La máscara, la por ahora última incursión de Hollywood en el terreno del cómic contemporáneo. Nacido de la mente de dos dibujantes, John Arcudi y Doug Mahnke, que trabajan para la editorial Dark House Comics -aquí coproductora-, La máscara es el resultado del cruce entre multitud de otras criaturas de tebeo -no muy sabiamente- mezcladas para darle su apariencia definitiva. Tiene tan poca consistencia como personaje, sus andanzas como héroe desdoblado son tan sosas que no hay más remedio que buscarle algún gancho. Y es así como un cómico considerablemente excesivo, Jim Currey -Un canadiense que saltó en línea directa de la pequeña pantalla al cine y que protagonizó el pasado año Ace Ventura-, se encarga de desmadrarse a gusto cada vez que su personaje se pone la extraña máscara que un buen día le cae en las manos.

La máscara (The mask)

Dirección: Charles Russell. Guión: Mike Werb. Fotograria: John R. Leonetti. Música: Arthur Coburn. Producción: Mike Richardson, C. Russell y Michal de Luca. EE UU, 1994. Intérpretes: Jim Carrey, Carneron Diaz, Peter Greene, Amy Yasbeck, Richard Jeni. Estreno en Madrid: Albufera Vaguada, Fuencarral, Pompeya, Ideal, Imperial, Madrid, Dúplex.

Efectos especiales

La sospecha que inmediatamente asalta al crítico es que La máscara no es la ocasión para construir una ficción, sino un simple banco de pruebas en el que la Industrial Light and Magic, la poderosa empresa de efectos especiales de George Lucas, pone a punto los últimos gadgets en lo que a animación por ordenador se refiere. No de otra forma hay que ver un filme en el que todo lo que ocurre escapa a la más elemental lógica narrativa. De, hecho, y en eso si que hay que reconocerle una enorme competencia, La máscara presenta un inagotable arsenal de recursos tecnológicos pensados ante todo para asombrar al espectador.La referencia central del filme no es otra que el dibujo animado clásico, y en este sentido no es casual que se invoque uno de los más grandes cartoons de Tex Avery, el de lobo sediento de sexo al que se le salen literalmente los ojos de las órbitas ante el objeto de su deseo. Como Antonioni en El misterio.... aquí los responsables del filme se han desentendido de la trama y de los personajes para centrar sus esfuerzos en la novedad, la animación, electrónica, aspecto sobresaliente: tal vez nunca antes en la historia de los filmes de imagen real nacidos de cómics se había obtenido un grado de homología tan alto con el referente ilustrado: ésta sí que es una comic picture que merece tal nombre. Pero todo lo demás se tambalea.

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