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La amenaza integrista desluce el costoso estreno de la ópera 'Aida' en Egipto

7.000 policías vigilan la seguridad del espectáculo, que sólo se representará tres días

Una espectacular versión de la ópera Aida de Verdi, dirigida por el italiano Vittorio Rossi, se estrenó anoche en Luxor (770 kilómetros al sur de El Cairo), rodeada de un enorme despliegue de fuerzas policiales con órdenes de evitar que integristas islámicos perturbaran su desarrollo. En una acción desesperada, el Gobierno egipcio pretende llamar la atención internacional con un costosísimo montaje de alrededor de 400 millones de pesetas y atraer con ello de nuevo el turismo. Numerosos factores presagiabán anoche un gran fiasco, pero todo transcurrió con normalidad.

La policía egipcia en su afán de protección y de aparentar que el suyo puede ser un territorio seguro, dio la impresión opuesta. Segaron las montañas y los campos de caña aledaños a la zona del templo de Luxor, para evitar que se pudieran ocultar en, ellos los posibles atacantes. Sobrevolaron con helicópteros con potentes luces toda la zona y vigilaron estrechamente el sector del Nilo adyacente. Un turista italiano llegó a afirmar asombrado: "Es fantástico, me parece estar en medio de la película Apocalypse now ".El estreno de la ópera Aida se desarrolló con normalidad, teniendo en cuenta los malos presagios que rodeaban anoche el acontecimiento. De momento se habían anulado ya tres de las seis representaciones previstas en un principio, debido al duelo decretado por las 611 víctimas de la tragedia que asoló el Alto Egipto a principios de noviembre. Pero además, hasta el jueves no habían llegado todavía los equipos de sonido y parte del decorado que debían llegar por barco desde Italia, a causa de una tempestad en el Mediterráneo.

Huelgas y juicios

Y, por si fuera poco, 320 figurantes egipcios amenazaban con una huelga solicitando un aumento de sus salarios al tiempo que la Opera de El Cairo, organizador del evento, se querellaba contra el director de la obra, Vittorio Rossi, en relación a los derechos de autor que intentaban cobrar a las televisiones, principalmente egipcias, por la retransmisión del espectáculo.El viernes por la tarde el ensayo general de esta obra, quecuenta el amor imposible de un comandante de la armada egipcia y de la hija de un rey de Etiopía durante el tiempo de los faraones, se desarrollaba en desorden, destemplado por un día frío y con vientos que traían una tormenta de arena, que incomodó a los cantantes, privados de camerinos.

Según varias agencias de viajes, las entradas para el espectáculo, que costaban entre 13.000 y 40.000 pesetas, se habían vendido mal, sobre todo en el extranjero.

El director artístico de la ópera de El Cairo, Hassan Karni, afirmó que "el 70% de las 4.00 0 localidades habían sido vendidas hasta el sábado por la mañana", pero no sucedía lo mismo para las otras dos funciones. "Perderemos dinero", reconoció. El Gobierno egipcio ha invertido cerca de 400 millones de pesetas en esta celebración del 1250 aniversario de la inauguración del canal de Suez, el 24 de diciembre de 1871, aunque en realidad está tratando de limpiar la mala imagen hacia el exterior que le ha dado la violencia de los integristas islámicos en su país. Pero le va a costar mucho lograrlo y quizá este esfuerzo haya sido en vano. Ninguna de las personalidades, jefes de Estado y miembros de la realeza internacional anunciados por los egipcios habían confirmado ayer su presencia. Sólo el duque y la duquesa de Kent y el actor Omar Shariff eran esperados ayer, según los responsables del Ayuntamiento de Luxor.

Los hoteles de la ciudad estaban casi llenos, pero eran pocos los extranjeros. Un pequeño oasis de bonanza comercial daba un respiro a los taxistas y hoteleros de la zona estos días, quienes se mostraban contentos con esta mejora. Aunque poco puede más puede hacer una ópera y por poco tiempo.

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