El desacuerdo entre EE UU y los europeos impide aplicar un plan de desmilitarización del enclave
Las discrepancias entre los países europeos y Estados Unidos impidieron ayer que la Alianza Atlántica aprobara un plan propuesto por Washington para desmilitarizar el área de Bihac, al noroeste de Bosnia. La reunión extraordinaria de los 16 embajadores, de la que se esperaba una fórmula para frenar el avance arrollador serbio en este enclave musulmán, finalizó, con la publicación de un comunicado de 11 puntos que se limita a condenar los recientes ataques contra la zona de seguridad de Bihac y exige un alto el fuego inmediato con la retirada de las tropas serbias.
El desacuerdo entre EE UU y los europeos sobre qué países debían enviar cascos azules a Bihac con el objetivo de garantizar la desmilitarización ha frustrado los planes. La división entre los aliados volvió a impedir que la alianza militar occidental aprobara una decisión de firmeza para forzar una retirada de las tropas serbias que cercan el enclave. Si todos los Estados miembros se mostraron interesados en el plan de desmilitarización en tres fases para este enclave propuesto por EE UU, la tradicional división, sobre el conflicto en Bosnia-Herzegovina impidió un acuerdo. "Este plan no es de la OTAN, es un plan que tiene que ser discutido en el marco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", afirmaron fueron oficiales de la Alianza.La OTAN sólo estudiará un posible apoyo a la puesta en práctica de esta propuesta de estabilización una vez que lo apruebe las Naciones Unidas. El plan norteamericano preveía la extensión de la zona de seguridad de Bihac hasta 10 kilómetros en torno al núcleo urbano en lugar de los tres kilómetros actuales, la retirada de todas las tropas enfrentadas -incluidas las fuerzas regulares de Bosnia- y, finalmente, la demilitarización del enclave.
Los países europeos con cascos azules sobre el terreno -principalmente Reino Unido, Francia y España- fueron los más reacios a aceptar un plan que requiere el envío adicional de tropas sobre el terreno para controlar la retirada de las fuerzas enfrentadas. Estos Estados temen posibles represalias contra sus soldados.
La extensión de la zona de exclusión aérea propuesta sobre el sur de Croacia, en la región de Krajina, también queda supeditada a una resolución de las Naciones Unidas. A pesar de la trágica situación de la población asediada en Bihac, los aliados no consiguieron aprobar una decisión que paralice el avance del rodillo militar serbio. Los países miembros se limitaron a reiterar que en cualquier momento se puede producir un bombardeo aliado para proteger las zonas seguras de las Naciones Unidas.
La principal novedad de la reunión extraordinaria de ayer se centra en la posibilidad de emprender operaciones aéreas contra tropas -aunque no sean las serbias de Bosnia- que utilicen armas pesadas. para atacar estas zonas protegidas por la ONU. Además, los aliados acordarán con Zagreb la posibilidad de perseguir y, eventualmente, derribar aviones serbios en el espacio aéreo de Croacia, de acuerdo con la resoluciones de la ONU.
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