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3.000 nostálgicos recuerdan a Franco y claman por la unidad de la ultraderecha

Jorge A. Rodríguez

Fueron unos 3.000 los nostálgicos y jóvenes cachorros que se reunieron ayer en la plaza de Oriente de Madrid para recordar las muertes, ambas en 20 de noviembre, de Franco y José Antonio Primo de Rivera. Entre arribas, francos, presentes y vivacristoreys, uno de los oradores capitalizó el acto: el autodefinido "radical, no de derechas" Ricardo Sáez de Ynestrillas, que embistió contra el PP y reclamó unidad para una federación de "grupos nacionales" para concurrir a las elecciones, "aunque no nos guste". No hubo incidentes de gravedad, aunque sí cacheos y tres detenidos.La plaza de Oriente estuvo casi dos horas erizada de brazos a la romana y de parafernalia ultraderechista: banderas con el águila, con esvásticas y gritos contra la corrupción, el separatismo, los rojos e inmigrantes -"Lucrecia, jódete"- y en recuerdo a la "sangre derramada, cruzada nacional" o la "defensa militar y radical de Ceuta y Melilla"."Esto es lo que necesita España" decía una anciana a su nieto, pantalón negro, camisa azul, brazo en alto.

En la tribuna, nombres del antiguo régimen: Carmen Franco, Peche Primo de Rivera, Valero Bermejo o Eduardo. Toledano y de la nueva derecha: José Luis Corral y Ricardo Sáez de Ynestrillas, absuelto del asesinato de Josu Muguruza tras casi tres. años de prisión.

Corral e Ynestrillas fueron los más coreados. Ambos reclama roja la unidad de la ultraderecha. Ynestrillas desgranó un ideario político casi calcado del de Franco "que les soltaremos a la cara en el Parlamento"- y la emprendió con el PP (aplausos. más tibios) por su connivencia "con las autonomías, los partidos separatistas, la corrupción, el aborto y el Pacto de Ajuria Enea". El presidente de la organización convocante, la Confederación de Hermandades y Asociaciones de ex Combatientes, Eduardo Toledano, descafeino las críticas al PP.

Contramanifestación

El flamear de banderas nazis, falangistas y preconstitucionales de esta plaza se convertía, a cinco minutos a pie, en el flambeado de la única ensenña española de la contramanifestación de grupos de izquierda. La quema de la bandera se produjo al final de la marcha paralela de unos 1.000 radicales de izquierda, muchos de ellos embozados y gritando consignas violentas y contra la policía -"mis primos de Bilbao os tienen acojonaos"-En esta protesta, convocada contra él racismo y la intolerancia, los mensajes eran homogéneos sólo en el antifascismo, la autodefensa y la lucha radical, y el resto era un batiburrillo ideológico y reivindicativo.

No hubo incidentes graves, aunque en ambos bandos había grupos- con ganas, cabezas rapadas y miradas amenazantes. Mil policías se habían desplegado en el eje de las calles de Atocha y Mayor, posible punto de fricción.

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Los ultraderechistas acabaron la mañana tomando cañas y cantando el cara al sol en la que denominan "zona nacional de Madrid". Los de la otra manifestación, se quedaron por El Rastro, también de cañas y porros. Todos fuertemente vigilados.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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