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Rafael Sánchez Ferlosio: "El ensayista que más me interesa es Adorno"

Premio Nacional de Ensayo para 'Vendrán más años malos y nos harán más ciegos'

Rafael Sánchez Ferlosio obtuvo ayer el Premio Nacional de Ensayo de 1994 por su obra Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, recopilación de pensamientos a modo de aforismos que el autor llama pecios. El libro logró en este mismo año el Premio Ciudad de Barcelona. Nacido en Roma en 1927, Rafael Sánchez Ferlosio es uno de los grandes maestros de la literatura y el pensamiento de este país. Pero es también un hombre que reniega de frases como la anterior.

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La concesión del Premio Nacional, dotado con 2.500.000 pesetas, le cogió en Coria (Cáceres) donde se encuentra más a gusto y, como no podía ser de otra forma, haciendo lo insospechado: manipulando la cal para conseguir el tono ocre que quiere para la fachada de su modesta casa. Con parte del premio arreglará el tejado."Me ha parecido bien, qué voy a decir. El libro va como el general Varela: bilaureado. Le dieron el Ciudad de Barcelona y ahora le dan éste". Ferlosio, colunmista de este diario, siempre manifestó un interés mayor por el ensayo que por la literatura pero sus escrúpulos le obligan a señalar que "este libro se ha metido en el premio de ensayo porque el ensayo es un cajón de sastre para premiar las obras no novelescas; pero el libro tiene un poco de todo: refranes, poesía, cuentos... sólo se puede llamar muy vagamente ensayo a las partes en las que en lugar de contar se opina".

Sobre su posible menosprecio de la literatura declara: "Yo no menosprecio nada en este mundo salvo Walt Disney y el rock... bueno, y el deporte, el automóvil y la publicidad".

"En realidad es casi todo. La literatura a mí me aburre muchas veces, pero la respeto".

Quiéralo o no se lo estudia en el bachillerato por su novela El Jarama, con la que ganó el Premio Nadal de 1955, pero Sánchez Ferlosio prefiere correr un tupido velo. No trata con un cariño mayor a Industrias y andanzas de Alfanhuí, que había publicado anteriormente. Los cosas "han ocurrido así", decía en 1986 cuando le tocó presentar cuatro libros que publicaba después de 31 años de silencio. Entonces comentó también que sacaba a la luz El testimonio de Yarfoz, su último libro narrativo, porque "a las fieras había que echarles literatura".

Si la literatura le aburre muchas veces también suele afirmar que el siglo XX le interesa poco, lo que matiza: "El siglo XX me afecta más que me interesa, me afecta tanto que no lo puedo contemplar pero difícilmente ha habido en la historia europea una época más grande como la que empieza hacia 1880, sobrevive un poco a la Primera Guerra Mundial, y sucumbe con la Segunda. Es una época tan interesante como el siglo XIII, el siglo de San Francisco de Asís y de Santo Tomás de Aquino".

Sobre los ensayistas que le interesan más declara: "Hablar hoy de ensayistas que interesan es caer en un lugar común porque es decir lo que dice todo el mundo: el ensayista más interesante para mí como para casi todos es Adorno. Hay otros autores que no son exactamente ensayistas pero que también deben incluirse en ellos como Weber o Carl Schmitt.

Gonzalo Hidalgo, profesor de Instituto en Plasencia, amigo del premiado y, probablemente, quien más y mejor conoce su obra acaba de publicar Camino de Jotán. La razón narrativa de Ferlosio, un riguroso estudio de toda su obra.

"Lo que yo hago en el libro es unir un poco las dos cosas, el ensayo y la novela. Intento mostrar que obedecen a un pensamiento común. Y en el centro quizás de ese pensamiento está la preocupación por la palabra, la idea de que la palabra es lo que media entre el hombre y la naturaleza. A partir de ahí la confianza en la palabra como instrumento de lealtad o elemento de violencia".

"En alguna parte del libro" -añade Hidalgo- "y refiriéndome a los dos tomos recopilatorios de artículos y ensayos, digo que es como un recorrido por el pensamiento extenso de Ferlosio, mientras que el de los pecios, por el que le acaban de dar el premio, es un recorrido por su pensamiento intenso".

En 1992, se reunieron sus Ensayos y artículos en dos tomos, imprescindibles para reconocer la variedad de intereses que lo motivan. Dentro de poco, aparecerá un nuevo libro suyo, Esas Yndias equivocadas y malditas, donde descarga la tormenta de ira que desencadenó en su ánimo el jolgorio del V Centenario.

Mientras tanto, las cosas siguen "ocurriendo así": Ferlosio escribe sus pecios, sus artículos, sus ensayos. Lo premian -el Nadal, el Francisco Cerecedo por su artículo La conciencia del débil se lava con sangre, publicado en EL PAÍS, diario en el que ha reanudado su colaboración semanal en la última página, el de la Comunidad de Madrid, el Ciudad de Barcelona y éste de ayer-, lo agasajan, como cuando la Universidad de Roma le nombró doctor honoris causa. Pero a él, posiblemente, lo único que sigue interesándole es pulir sus pensamientos con su espléndida escritura.

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