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Los 'barones' gaullistas dejan solo a Chirac al lanzar su campaña presidencial

Enric González

La candidatura presidencial de Jacques Chirac, líder del gaullismo y alcalde de París, despegó ayer accidentadamente. Los grandes barones del partido que fundó en 1976, la Reagrupación para la República (RPR), mostraron su desacuerdo con las ambiciones de Chirac no asistiendo a una "reunión de familia política" organizada en honor del candidato. El primer ministro, Edouard Balladur, el más destacado de los ausentes, no pudo disfrutar del semifracaso de su rival Chirac: a mediodía dimitió su ministro de Cooperación, Michel Roussin, amenazado de procesamiento por delitos relacionados con la corrupción.

Como sustituto fue nombrado Bernard Debré, diputado y médico de François Mitterrand. Michel Roussin se convirtió en el tercer ministro de Balladur caído en el campo de batalla judicial. Los dos anteriores se destacaban por su peso político: Alain Carignon, que dimitió en julio, era alcalde de Grenoble; Gérard Longuet, que dimitió el mes pasado, era presidente del Partido Republicano y uno de los puntales de la candidatura presidencial del jefe del Gobierno.Roussin, ex militar especializado en espionaje, era una figura de segunda fila en el Gabinete, pero su implicación en un caso de corrupción revistió especial gravedad para la derecha francesa en su conjunto porque había sido colaborador directo de Chirac y, desde 1993, se pasó al bando de Balladur.

El ex ministro será acusado, muy probablemente la semana entrante, de recibir maletines de dinero de un empresario y de participar en un circuito de facturas falsas, todo ello cuando trabajaba con Chirac en la alcaldía de París. Los mecanismos de financiación del RPR podrían estar conectados con las acciones de Roussin. En ese caso, el asunto podría salpicar a Jacques Chirac. La dimisión ya ha afectado a Edouard Balladur, cuyo Gabinete no consigue escapar de las sospechas de corrupción.

Una dinastía omnipresente

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En cuanto al presidente de la República, François Mitterrand, cumplió con el trámite constitucional de dar por buena la dimisión, se nombró como sustituto a Bernard Debré. El nuevo ministro es uno de los hijos de Michel Debré, ex primer ministro del general Charles de Gaulle y fundador de una dinastía que está en todas las salsas: mientras Bernard es balladurista acérrimo, su hermano gemelo Jean-Louis es secretario general del RPR y y destacado chiraquista. Para redondear, Bernard es, además de diputado del RPR, el urólogo que sigue la evolución del cáncer de próstata del presidente Mitterrand.

El hermano chiraquista, Jean Louis Debré, fue uno de los que fustigaron ayer a los "ausentes de un acto que no era político, sino fraternal, en la mejor tradición gaullista". Se sabía que Edouard Balladur no iría a la fiesta de Chirac: la rivalidad en la carrera hacia el Elíseo convirtió hace ya meses en mortales enemigos a los que fueron amigos durante 30 años. Que faltara el ministro del Interior, Charles Pasqua, uno de los gurús del gaullismo, era comprensible: cree más en la candidatura de Balladur que en la de Chirac. Pero que no fuera Philippe Séguin, presidente de la Asamblea Nacional y veterano colaborador de Chirac, fue una sorpresa muy desagradable para el alcalde de París.

Séguin tuvo sus razones para no quedarse en París con su familia política: para emprender su tercera candidatura presidencial (fracasó en 1981 y 1988) Chirac dejó la presidencia del RPR en manos del secretario general, Alain Juppé, ministro de Asuntos Exteriores y enemigo personal de Séguin, quien, en un arranque de celos, prefirió no asistir a la ceremonia. En su discurso de despedida al partido y lanzamiento de campaña presidencial, Chirac no ahorró los ataques contra Balladur: un "cortesano" que "vuela al impulso de los sondeos" y "como todo lo que vuela, tiene vocación de hoja muerta".

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