Pujol da "cuatro poderosas razones" para rechazar a Aznar
El PP no tiene votos ni programa, ataca la catalanidad y no asegura la estabilidad, según el líder de CiU
El presidente de la Generalitat y líder de CiU, Jordi Pujol, expuso ayer "cuatro poderosas razones" para explicarle a José María Aznar por qué los nacionalistas catalanes apoyan la estabilidad del Gobierno socialista y no le dejan caer, contra lo que desea el PP. En primer lugar, porque los resultados electorales de junio de 1993 hacen imposible cualquier otra combinación coherente; luego, porque España necesita ser gobernada y le conviene la nueva política económica inspirada por CiU, que hace posible la recuperación; en tercer lugar, porque el PP no tiene programa de gobierno conocido, y finalmente, porque el partido conservador tiene una actitud, negativa respecto a elementos esenciales de la catalanidad: la lengua y la convivencia civil.
"Deseamos que esas cuatro razones desaparezcan", señaló textualmente Pujol, quien más tarde se corrigió a sí mismo y se refirió a que si esas cuatro razones 11 cambian", los nacionalistas catalanes no tendrían problemas para hablar con el PP. "No nos interesa una confrontación radical con el PP; no la hemos buscado", declaró el presidente catalán, pero mientras esas razones permanezcan 11 nos será difícil pactar" con ese partido.Durante una rueda de prensa, Pujol señaló que, después de las sospechas generalizadas de corrupción, lo más grave que existe en España es la no aceptación de los resultados de las, elecciones generales de junio de 1993. "Aznar no puede mandar porque no tiene diputados suficientes para ello", agregó. Y destacó lo absurdo que resultaría que Aznar se apoyara al mismo tiempo en los diputados de CiU y en los de IU, que son los grupos que le darían mayoría en las Cortes.
Pujol puso los ejemplos de Bill Clinton y Helmut Kohl. El primero es presidente de EE UU porque ganó las presidenciales de 1992 y seguirá siéndolo aunque su partido haya perdido ahora las legislativas. El partido del canciller alemán puede perder las municipales o las regionales, pero, recordó Pujol, ganó los comicios generales, que son los que le permiten gobernar.
El martes, Aznar, de visita en Barcelona, - había emplazado a Pujol a romper con el PSOE y a explicar las causas por las que sigue sosteniendo a González.
Sobre la falta de programa del PP, Pujol explicó que cuando le planteó esa cuestión a un dirigente popular, que no identificó, éste le contestó: "Nosotros, a lo nuestro, que es la erosión. El programa ya lo explicaremos cuando ganemos las elecciones'.
Objetivos políticos
Para Pujol, resulta evidente que detrás de algunas informaciones periodísticas sobre supuestos casos de corrupción hay unos claros objetivos políticos: "Que la estabilidad política se ronipa". Pero el presidente de la Generalitat rechazó hablar de campañas, porque Ias cosas son como son" y lo que debe hacer un Gobierno es contrarrestar estos hechos con transparencia y autoridad moral.
El líder nacionalista hizo un llamamiento a recuperar la ecuanimidad, dirigiéndose tanto a los ciudadanos como a políticos y periodistas. "Crítica debe haber, pero hago un llamamiento para que no sea sistemática y para que respete la verdad. No a la crítica de perdigonada, de ensuciarlo todo, que busca la confrontación civil", agregó. Pujol rechazó el argumento de quienes dicen que una cosa es la legalidad de un comportamiento y otra que éste sea éticamente reprobable: "Esto es muy peligroso, porque ¿quién determina lo que es ético y lo que no es? Nadie puede erigirse en juez ético de nadie". Para gobernar un país, reflexionó, hacen falta dos cosas: legitimidad democrática, que la dan los votos, y autoridad moral. Y ésta está siendo destruida con el clima de sospecha generalizada.
No cree Pujol que unas elecciones anticipadas arreglen esta situación, que comparó con "un árbol torcido". El clima general, señaló, "está muy desbocado", hay una "gran excitación y ganas de hurgar para que ésta se mantenga". Y un sector de la oposición, según su apreciación, ha descubierto que la erosión del contrario puede serle rentable. Pujol se refería tanto a los escándalos de supuesta corrupción en la política nacional como a los que han sacudido la política catalana: casos De la Rosa y difusión de conversaciones telefónicas del consejero de Política Territorial, Josep Maria Cullell, donde aparentemente éste protagoniza un tráfico de influencias.
El presidente catalán negó que su partido haya presionado al PSOE para que sus correligionarios catalanes reduzcan su presión sobre la Generalitat en relación a estos escándalos: "Si el PSC quiere hacer una política determinada, que la haga". Más grave resulta, agregó, que sectores del Gobierno traten de no cumplir el compromiso de repartir el fondo de cohesión europeo.
Horas después, Narcís Serra respondió en Barcelona: "El Ejecutivo mantendrá con lealtad, rigor y eficacia todos los compromisos adquiridos en materia presupuestaria y autonómica".
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