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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

León solo

Hace algunos años tuvo mucho éxito una película sociopolítica, de cuyo nombre "no quiero acordarme", localizada en una república centroamericana, en la que aparecía el nuevo presidente desfilando con sus soldados y armamento en la plaza de la capital, celebrando el triunfo de la revolución, que había derrocado al tirano presidente. En su discurso, prometía defender los intereses del pueblo y luchar en contra de la explotación del mismo.La película terminaba con un desfile semejante protagonizado por un nuevo presidente, salvador del pueblo, celebrando la derrota del tirano y haciendo idénticas promesas a las de su predecesor.

Algo semejante está ocurriendo en un pueblo de esta comunidad: Acevedo, provincia de León. Hace algunos años, ya en el tardofranquismo, la autoridad competente, acompañada de los técnicos ingenieros y de la empresa constructora, comunicó a bombo y platillo que iba a llevar a cabo el saneamiento del pueblo (depuradora incluida), prometiendo todas las bondades para la salud de sus gentes y para la limpieza de sus ríos.

La maravillosa obra consistió en la construcción de una fosa séptica acompañada de una conducción para transportar las aguas fecales. Esta conducción, en su tramo final, atravesaba un río "sin grandes dificultades técnicas", de acuerdo con las promesas del equipo de ingenieros y constructores.

Pero como la tubería casi corría hacia arriba, debido a la falta de cotas suficientes y a la casi superficialidad de su recorrido por la falta de éstas, un año después de que la empresa constructora cobrara sus honorarios, la conducción reventó ante el ímpetu habitual de los ríos de alta montaña.

Durante más de quince años, las cloacas del pueblo estuvieron volcando cieno y aguas fecales al río Esla, polucionando las aguas y contaminando los aires.

Esto fue así, salvo en pequeños intervalos en los que el Ayuntamiento de Acevedo, con gran esfuerzo económico ante sus exiguos presupuestos, y ante la amenaza de multas del Departamento de Medio Ambiente, reparaba la conducción aun a sabiendas de la ineficacia de su acto.

Agosto de 1994: la historia se repite ante la llegada de dinero fresco de la Comunidad Europea para el medio ambiente y de las presiones medioambientales de la misma.

El mismo escenario: el Ayuntamiento. Casi los mismos actores: los técnicos ingenieros de la Junta de Castilla y León y el representante de la empresa constructora predican las excelencias del mismo plan.

Sobre la fosa séptica construirán una depuradora, y la conducción del río será reforzada, ya que técnicamente no existe ninguna dificultad.

Cobrarán la obra y luego se irán tan felices. Pasados uno o dos años volverá a ocurrir lo mismo, y vuelta a empezar: el río se contaminará, el aire se polucionará, el Ayuntamiento gastará su presupuesto inútilmente para suplir deficiencias ajenas. Y mientras, alguien saldrá beneficiado.

A pesar de que todos saben que la solución es mucho más sencilla: hacer discurrir la conducción de acuerdo con las leyes físicas, siguiendo el curso del río, sin cruzarlo, y construir la depuradora lejos de las viviendas ubicadas donde está prevista la extensión natural del pueblo. La misma película de la república bananera.

Ahora comprendemos el porqué de tanto, letrero en carteles y ribazos de nuestras carreteras: "León solo".-

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