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EMPRESAS FANTASMAS

El intermediario del "caso Biomédica" de León intervino en otras operaciones frustradas

Biomédica, la empresa que anunció con gran eco su instalación en León tras no haber encontrado acogida favorable ni en Galicia ni en Asturias, y cuyos sucesivos incumplimientos de los plazos de ejecución del proyecto ha hecho temer que tampoco esta vez vaya a materializarse, tiene una historia en común con otro proyecto industrial: Euro Metals Processing. Ambos siguen sin instalarse tras más de cuatro años de sucesivas promesas y compromisos de inversión en distintas comunidades autónomas. Biomédica, SA, y Euro Metals Processing, SA, tienen un mismo intermediario, el español Ladislao Vajda.Ladislao Vajda, presidente del consulting Tratamiento Técnico Empresarial, con sede en Madrid, e hijo del cineasta húngaro del mismo nombre, afincado en España y autor de, entre otras películas, de Marcelino, pan y vino, compareció por vez primera en público en Asturias el 16 de mayo de 1990. Lo hizo en una conferencia de prensa en el hotel La Reconquista, de Oviedo, en compañía de tres personas que dijeron ser industriales tejanos del sector de la forja metálica: Robert Langston, llamado a asumir la presidencia de la empresa española; Frederick Taylor y Alfred Turner -"mis tejanitos", solía decir coloquialmente Vajda- Anunciaron el firme propósito de instalar en Asturias, y en concreto en el valle minero del Nalón -donde los incentivos a la inversión son particularmente elevados-, una industria para la fabricación de piezas metálicas para las grandes compañías de construcción aeronáutica: McDonell Douglas, Boeing y Airbus.

De un sitio a otro

La empresa se llamaba Euro Metals Processing. Nunca se llegó a implantar pesé a haber obtenido las ayudas públicas prometidas. Se fue por su propio pie en 1992 sin explicar las razones de su renuncia. La inversión de Euro Metals iba a ascender a una cifra que oscilaba -se manejaron varias versiones- entre 10. 159 millones de pesetas y 12.500 millones e iba a permitir la creación de 673 puestos de trabajo. La facturación prevista, según los promotores, sería de 10.000 millones de pesetas anuales durante los tres primeros ejercicios.

El 19 de mayo de 1992 Vajda compareció en Vitoria, donde, en compañía del teniente de diputado general de Álava, Roberto San Ildefonso, hacía público un acuerdo con la Diputación para implantar Euro Metals Processing en esa provincia. Según se dijo en aquel acto público, la fábrica entraría en servicio a finales de 1993, hace ahora un año.

Mientras tramitaba el proyecto de Euro Metals, Ladislao Vajda propuso al Gobierno asturiano otra inversión para la diversificación del tejido industrial de las comarcas mineras. Fue en diciembre de 1990, apenas siete meses después de la presentación pública de Euro Metals.

Venía esta vez como intermediario de otro inversor norteamericano, Frank Willbourne III, presidente de la compañia Biomédica, al que Vajda solía referirse como "el coronel" por su pasado militar. Se trataba en realidad de tres proyectos diferentes, con sólo una característica común: que se trataba de sectores con tecnología novedosa, pero sin coincidencias entre ellos ni en el tipo (te producto ni en el proceso de fabricación. La propuesta se canalizó a través de Sodeco. Biomédica, el grupo que respaldaba los tres proyectos, pretendía crear con ellos 600 empleos con una inversión global de 6.000 millones de pesetas.

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El último contacto entre Biomédica y Sodeco se produjo en septiembre de 1992. Por esas fechas Biomédica anunció con gran alarde que se iba a L eón. Igual que Euro Metals se había ido a Alava. De eso hace ya más de dos años.

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