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Hormaechea fuerza al PP a apoyar a su partido si no quiere su continuidad

Javier Rivas

Juan Hormaechea le ha dado otra vuelta de tuerca a la situación de Cantabria. El presidente regional, que hoy tiene previsto formalizar su dimisión, declaró ayer a EL PAÍS que no permitirá que el Ejecutivo vaya a manos del PSOE, el partido más votado en las autonómicas de 1991. Su estrategia constituye un auténtico trágala para el PP, ya que el partido de Hormaechea, la Unión para el Progreso de Cantabria (Upca), sólo votará a su propio candidato: el ex consejero Vicente de la Hera. Si éste no recibe el apoyo del PP, Hormaechea seguiría en funciones hasta las elecciones de mayo.

Las cuentas son claras: Hormaechea está en posición de dominar el juego de alianzas. Los socialistas cuentan con 16 diputados, por 9 del PP, 8 de la Upca, 4 de la Unión por Cantabria -escindidos del partido de Hormaechea- y 2 regionalistas. Si la Upca vota sólo a su propio candidato -algo "irrenunciable" según el presidente regional- y en contra del socialista Jaime Blanco y del popular José Luis Vallines (o incluso absteniéndose de apoyar al PP), ningún candidato podría obtener ni siquiera mayoría simple para ser investido.Sólo quedan así dos opciones: una, un pacto PSOE-PP, que nadie ve posible después de que en la noche del jueves fracasase la negociación. Y en segundo lugar, la que Hormaechea ansía que el PP vote a favor del candidato de Upca. La suma de los escaños de ambas fuerzas y de los cuatro de la Unión por Cantabria daría mayoría absoluta.

"El PP debe apoyamos porque debe ser así", enfatizó ayer el jefe del Ejecutivo cántabro en conversación con este periódico. Hormaechea recuerda que en los comicios de 1991 él obtuvo, al frente de la lista de la Upca, 15 diputados y casi 100.000 votos, mientras el PP se quedaba en seis parlamentarios y unos 40.000 sufragios (luego vendría el pacto de ambas fuerzas, la ruptura y los posteriores transfuguismos, hasta la situación actual). "La legitimidad ética está en el voto de las urnas", resaltó el jefe del Ejecutivo.

Durante su reunión del pasado jueves con los socialistas, Vallines comentó, según asistentes a la reunión, que no es intención de su partido negociar con Hormaechea, toda vez que el PP pretende que la presidencia regional, vaya a parar a sus manos.

No habrá anticipo electoral

Hormaechea había insinuado hace días, para forzar el apoyo del PP, que la Upca podía con su abstención dejar el Gobierno regional en manos socialistas. Su nuevo envite es ahora más arduo para el PP, toda vez que los servicios jurídicos de la Asamblea regional han dictaminado que la, Cámara no se puede disolver en ningún caso y convocarse nuevas elecciones ni siquiera si en el plazo estatutario de dos meses ningún candidato consigue ser investido presidente.En tal situación, el Parlamento seguiría funcionando y Hormaechea se mantendría como presidente en funciones hasta mayo. A ambos comicios se va a presentar el todavía presidente como candidato a la alcaldía de Santander y a la Diputación regional.

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El letrado mayor de la Asamblea, Jesús Corona, y, el presidente de la misma, Adolfo Pajares, ratificaron ayer la interpretación que los letrados de la Cámara habían hecho sobre el posible anticipo electoral en el proceso que ahora se abre.

Según el análisis de los letrados -que Hormaechea comparte-, los artículos 10.3 y 16.2 del Estatuto de Autonomía de Cantabria implican que sólo cabe la disolución de la Asamblea en el caso de que, inmediatamente después de celebradas unas elecciones, ninguno de los posibles aspirantes a la presidencia obtuviera al menos mayoría simple. Pero, en virtud de los artículos 19.3 del estatuto y 6.6 de la Ley de Régimen Jurídico del Gobierno cántabro, no cabe tal disolución cuando el proceso se produce después de la dimisión de un presidente en ejercicio.

El registro de la Asamblea regional estará mañana abierto hasta las dos de la tarde, en espera de que un funcionario de la Diputación cumpla el trámite, de presentar la carta de dimisión de Hormaechea. El presidente cántabro afirmó ayer que la misiva, de sólo un folio, indica que dimite al no contar con más apoyo que el de sus ocho diputados, insuficientes para saciar adelante los presupuestos de la comunidad. No hay alusiones a su condena.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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