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Los serbios, incapaces de frenar la ofensiva musulmana en el noroeste de Bosnia

EMMA DALYEl juego bosnio siempre ha sido un asunto unilateral; las cartas estaban a favor del Ejército serbio de Bosnia, que dirige el general Ratko Mladic. Él tiene el armamento pesado, el terreno con más altura, la mayoría de los oficiales del antiguo Ejército Federal Yugoslavo y la mayoría del territorio. A pesar de ello, la semana pasada, sus tropas fueron aplastadas por sus enemigos en Bihac y vencidas en la zona desmilitarizada del oeste de Sarajevo. Y el general MIadic no ha hecho nada significativo para recuperar terreno.

Su jefe político, Radovan Karadzic, que apareció uniformado este fin de semana por primera vez, ha amenazado con bombardear Sarajevo y Bihac, ha movilizado los pocos reclutas que aún quedan en las ciudades y ha hecho un llamamiento para un gigantesco contraataque. Declaró el estado de guerra y sorprendió a todos aquellos que pensaban que ha permanecido en este estado desde hace 30 meses. Pero hay un abismo entre su retórica y la realidad: la respuesta hasta ahora ha sido con fuego de mortero disparado sobre los suburbios de Sarajevo, que ha causado la muerte de tres personas y heridas a otras varias.El escudo de seguridad impuesto por la OTAN y el -Consejo de Seguridad en las seis áreas declaradas como zonas seguras hace que cualquier ataque de envergadura contra la capital y los vulnerables enclaves del este del país provoque una respuesta militar de la alianza occidental. "Hasta el momento no están tan arrinconados como para arriesgarse a esto", señala un oficial de la ONU. "Comprenden que si van demasiado lejos no tendremos más remedio que realizar acciones aéreas contra ellos. Pero el éxito del Ejército bosnio puede empujarles aún más hacia este canlino". Sin embargo, la falta de un ataque serbio en cualquier parte, aunque sólo sea para vengarse de la reciente humillación, sugiere que el castigo es imposible.

Funcionarios de la ONU ofrecen una combinación de factores para explicar la contención serbia de los últimos días, el efecto del bloqueo de Belgrado, el terreno accidentado en el que las armas no pueden desplegarse con facilidad, el entusiasmo de las recientes ofensivas del Gobierno musulmán y la escasez de soldados para mantener un frente de 1.200 kilómetros.

El instinto del general Mladic le ha llevado siempre a cobrarse el precio más alto posible por cualquier ofénsiva del Gobierno bosnio mediante el procedimiento de bombardear ciudades y trincheras. Pero esto no es factible en Bihac o en el monte Igman. El territorio ocupado la pasada semana por el Quinto Cuerpo de Ejército al oeste de Bihac, y la zona desmilitarizada del monte Igman, junto a Sarajevo, son. zonas montañosas y boscosas más apropiadas para los movimientos de las fuerzas musulmanas, superiores en número, que para los de los tanques y artillería pesada desplegados por los serbios.

Pero hay otros objetivos al alcance de los cañones serbios, como las carreteras hacia Mostar y Maglaj, o las ciudades de Travnik y Zenica. "Mi opinión es que las sanciones están haciendo. daño, especialmente la. falta de suministro de combustible para los vehículos blindados", señala un oficial de la ONU.

La contención militar de los serbios se completa con motivaciones Políticas. Las autoridades de Pale: llevan esperando meses a que el Grupo de Contacto (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania) lance una nueva Íniciativa de paz.

La última, que preveía la devolución del territorio conquistado hasta quedarse tan sólo con el 49% de Bosnia fue rechazada por el régimen de Radovan Karadzic.The Independent / EL PAÍS.

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